TIJUANA, MARZO 1, 2020.- El coronavirus (COVID-19) ha llegado a nuestra comunidad transfronteriza y en ese contexto el presidente Trump ha planteado la posibilidad de restringir los cruces fronterizos México-Estados Unidos. Con tal medida se pretende frenar el avance del coronavirus en su país, donde ya hay 22 casos confirmados y uno de los primeros fue en San Diego, CA. También es de destacar que un grupo de 11 republicanos en la Cámara de Representantes, liderado por el congresista por Texas Chip Roy, envió una carta el viernes 28 febrero a los principales funcionarios del Gobierno estadounidense, buscando tener detalles sobre el plan para contener el coronavirus en la frontera con México. Los casos de coronavirus en México aumentaron a cuatro este sábado 29 febrero, luego de que se sumó uno en la ciudad de Torreón, Coahuila, que limita con Estados Unidos. La naturaleza porosa de la frontera México-Estados Unidos es la principal preocupación de actores estadounidenses para la posible propagación del coronavirus.
La implementación de medidas restrictivas en los cruces fronterizos es una política compleja con implicaciones diversas, considerando que cerca del 40 % de los cerca de 70 mil cruces en autos y 20 mil personas que cruzan la frontera de Tijuana hacia Estados Unidos por día, tienen como destino el mercado laboral en el país vecino. Más bien el desafío de la política transfronteriza debería ser activar los mecanismos de coordinación y cooperación en materia de salud transfronteriza y adaptar algunas de las mejores prácticas de prevención, planeación y coordinación en salud de las ciudades fronterizas de Estados Unidos. En especial las políticas preventivas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y del Departamento de Salud Pública del Condado de San Diego son experiencias de gestión que deben de considerarse como parte de una estrategia integral.
Derivado de ello, es fundamental concretizar una agenda local, estatal y transfronteriza en materia de acciones preventivas y reactivas ante los casos de coronavirus que se seguirán presentando en la región. En ese marco, será relevante el papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la relevancia de recurrir a la cooperación internacional y transfronteriza, como alternativas para desarrollar soluciones políticas de manera proactiva que permitan mitigar la exposición. Por ende, en el problema del coronavirus la promoción de una gobernanza multinivel en materia de prevención será también una estrategia clave para reducir los impactos negativos.
Es de destacar que las recientes reuniones de SANDAG o de los Comités de Enlace Binacional no abordaron el tema de coronavirus o sus implicaciones en los temas de sus agendas de interés, lo que se justifica porque no forma parte de sus prioridades y el impacto era aún incierto. Sin embargo, en el escenario de que aumentarán los casos de coronavirus en la región de Tijuana y San Diego, amerita la planeación de un mecanismo de enlace, con la finalidad de mitigar los efectos en materia de contagios y evitar con ello su propagación y con ello, mayores restricciones a los cruces fronterizos en una de las fronteras más dinámicas a nivel internacional.
Una de las afectaciones inmediatas del coronavirus fue la suspensión de los vuelos procedentes de China con escala en Tijuana y los vuelos procedentes de Ciudad de México a China con otra escala local. Esta suspensión quizá se pudo haber gestionado de otra manera con mecanismos preventivos más eficaces y con ello evitar suspender una de las conexiones aéreas internacionales más importantes en la región y en el ámbito nacional. Esta suspensión y en general las políticas restrictivas por los efectos inmediatos del coronavirus en los ámbitos nacional e internacional, tendrán implicaciones turísticas, económicas, financieras y comerciales, que aún no se han dimensionado en su totalidad. De ahí la relevancia de una gestión eficaz del coronavirus con una agenda multinivel y transversal con acciones preventivas y reactivas, que permitan controlar y reducir su propagación.
Tijuana y San Diego han dado muestras de responder de manera eficaz a ciertos problemas comunes que tienen un gran impacto social. Y en el caso del coronavirus no debería ser la excepción.