TIJUANA, JULIO 27, 2019.- En México, siete de cada diez adultos, y tres de cada diez niños entre 5 y 11 años de edad padecen sobrepeso y obesidad, según los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2016, y de acuerdo con datos proporcionados por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), estas son problemáticas de salud crecientes que afectan a las zonas ricas, pobres, rurales y urbanas del país.

 

Ante esta problemática nacional, investigadores de la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Campus Tijuana, han desarrollado una investigación denominada “Diseño y evaluación de un ingrediente funcional para el tratamiento de síndrome metabólico y obesidad”.

La responsable es la doctora Rocío Alejandra Chávez Santoscoy, quien expuso que en este proyecto se estudiaron diversos alimentos, entre ellos vegetales y leguminosas de origen mexicano como el nopal y frijol negro, ricos en componentes bioactivos que benefician a la salud. “Sin embargo, se encuentran en muy baja cantidad, es por eso que no tenemos un efecto rápido cuando los comemos”, expuso.

Para potencializar su valor, concentraron los compuestos bioactivos y los estabilizaron a través de nanopartículas para incorporarlos como suplemento en polvo a un alimento funcional, el cual, además de nutrir, ayuda a regular los índices de glucosa en plasma, colesterol, triglicéridos, lo que conlleva gradualmente a la disminución del sobrepeso y la obesidad.

El alimento funcional que suplementaron fue el pan de caja por ser un producto de alto consumo. Realizaron una prueba piloto en pacientes con riesgo para el síndrome metabólico, quienes presentaban por lo menos tres de las siguientes características: glucosa alta en ayunas, hipertensión, colesterol malo (LDL) alto, o colesterol bueno (HDL) bajo, y una circunferencia de cintura mayor a 100 centímetros.

“El síndrome metabólico y la obesidad están íntimamente relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, la diabetes y el cáncer, que son crónicas. Lo que deseamos es incidir en las condiciones previas a estos padecimientos, los cuales pueden llegar a ser mortales”, expresó la doctora.

En dicha prueba, se documentó que los voluntarios no cambiaron sus hábitos alimenticios, solamente consumieron una rebanada de pan, aproximadamente unos 30 gramos, diariamente durante tres meses y fue suficiente para lograr el efecto deseado, es decir, se redujeron los niveles de glucosa, presión arterial y triglicéridos.

A diferencia de otros fármacos, estos suplementos no son hipotensores o hipoglicemiantes, es decir, no bajan los niveles de glucosa a una persona que los mantiene en el índice normal, ya que solo son reguladores que actúan en expresión genética.

Sin embargo, la doctora recomendó que para atacar de raíz estos problemas de salud, es necesario la prevención y los cambios de hábitos, por lo que también comenzaron a trabajar con los pacientes en asesorías nutricionales y rutinas de ejercicios. “Hay una apertura por aprender, realmente los mexicanos sí queremos cambiar, sabemos que estamos mal, pero no hemos encontrado alternativas para lograrlo, entonces si a través de este proyecto podemos influir, será una gran satisfacción”.

Gracias a este proyecto, en el 2017 la doctora Chávez Santoscoy recibió el reconocimiento como uno de los 35 innovadores de Latinoamérica menores de 35 años de edad en la categoría de Pioneros, de acuerdo al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), lo cual fue publicado en la revista “Technology Review” (https://www.technologyreview.es/innovadores-menores-35-latam-2017).

Además de la innovación principal de regular los niveles de glucosa, colesterol y triglicéridos, consideraron que el costo del alimento aumentó solamente 13 centavos, siendo una solución barata que está al alcance de los bolsillos del grueso de la población del país que es de clase media y media baja. Esto es de consideración ya que a pesar de que pareciera contradictorio, la obesidad cada vez está más ligada a la pobreza y a una dieta alta en grasa y azúcares.

“México es uno de los países con los más altos índices de obesidad, dos tercios de toda la inversión de la salud pública se gasta en las consecuencias de la obesidad: enfermedades cardíacas, cerebrovasculares y diabetes, por eso el objetivo de esta invención reside en mejorar el estado de salud de los mexicanos”, refirió la investigadora.

Con la finalidad de ampliar los alimentos funcionales, además del pan de trigo también suplementaron alimentos a base de maíz como tortillas, totopos, incluso tamales, y actualmente buscan suplementar otro tipo de alimentos como los lácteos.

Participan en la investigación los doctores Marco Antonio Ramos Ibarra, Rosa Elena Mares y Lilian Alejandra Muñoz Muñoz, todos adscritos también a la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería. Además se contó con el apoyo del alumno de maestría, Aldo Leyva, así como de las egresadas de licenciatura, Melissa Gallegos y Natalia González.

En colaboración externa trabajan con el Instituto Nacional de Tecnología de Alimentos (INTA) de Chile, uno de los organismos más importantes en ciencias de la nutrición y los alimentos de América Latina.