Tijuana, B. C., a 10 de febrero de 2019.- El entusiasmo con que se lanzó la iniciativa “Cero Residuos” necesita un acompañamiento, porque la estructura y competencias de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales la encapsulan en el tema ambiental y no le alcanzan para poder cumplir la hazaña propuesta.
Así lo recalcó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), afirmando que la Semarnat está encapsulada en el nicho ambiental, cuando debería ser una Secretaría de Desarrollo Sostenible que tenga jurisdicción en temas económicos y sociales para incidir en toda la estructura de gobierno.
“Desde su creación, la Semarnat permitió que el tema ambiental ganara un espacio en la estructura gubernamental, pero hoy debe salirse del nicho ambiental, el desarrollo sustentable debe ser un eje transversal en toda la administración pública y para ello la Semarnat requiere mayor peso político o influencia en las demás secretarías”, consideró.
Reconoció que articular políticas públicas es un reto descomunal, un proceso largo para lograr coherencia y consistencia, incluso al interior de las entidades que lidera la Semarnat, como Profepa, Conabio, Conafor y Conagua, entre otras, pero la articulación es obligada porque medio ambiente, economía, salud, energía y turismo no están desvinculados.
La iniciativa “Cero Residuos”, destacó Zavala Álvarez, debe convocar a la sociedad civil organizada, incluir asociaciones de profesionales, clubes altruistas, así como cámaras empresariales que deberán sacar lo mejor de sí, con prácticas honestas al interior de su organización para así, con calidad moral, ampliar su poder de convocatoria.
Afirmó que debe existir una especial convocatoria para que las representaciones que tiene la Cámara Nacional de Comercio en cada municipio del país se preparen con organización y estructura para sumarse y atender el tema a través de, por ejemplo, una Vicepresidencia de Gestión Ambiental del Desarrollo o una figura afín.
“El sector comercio y servicios es clave para la gestión exitosa de los residuos, al ser la etapa de uso, reúso, separación y valorización de gran parte de los residuos, como son los empaques y embalajes de productos y servicios ofrecidos al consumidor; la organización y el compromiso que adquiera la Canaco y sus asociados trazará una ruta de éxito”, sostuvo.
El documento con el que Semarnat presentó la iniciativa “Cero Residuos” revela la importancia de tomar acciones, ya que en México había 119.9 millones de habitantes en 2015 y se estima que la población será de 148.2 millones para el 2050, por lo que habrá 28.3 millones de personas más que demandarán recursos para su desarrollo y bienestar.
El caso de Baja California esto es aún más importante, porque de acuerdo con el Consejo Nacional de Población (Conapo), se estima que ésta será la segunda entidad federativa con mayor crecimiento poblacional en el año 2050, ya que su población será 51% superior a la de 2018, solo detrás de Quintana Roo, que aumentará en un 56%.
Según estimaciones contenidas en la iniciativa, en México no solo se generan a diario 0.86 kilos de basura por persona, sino que el país produce más de 44 millones de toneladas anuales de residuos y se espera que alcancen los 65 millones para el 2030, además de que hoy 90% de los residuos termina en tiraderos a cielo abierto o rellenos sanitarios, que generalmente no cumplen con la normatividad y son mal operados.
Recordó que según la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos y conforme a las facultades y atribuciones conferidas en la Constitución a los tres órdenes de gobierno, los residuos sólidos urbanos son atendidos por los ayuntamientos, los de manejo especial competen a las autoridades estatales y los peligrosos son de atención federal.
“En la esfera municipal, la separación de residuos se topa con el modelo actual de concesión de relleno sanitario, basado en pago por tonelada, lo que no promueve la separación previa y la pepena dentro del confinamiento; en la escala estatal, los residuos de manejo especial tienen costos por tramitología más altos que los residuos peligrosos, lo que estimula lo contrario a una mejora en su manejo”, criticó.
Otro desatino, comentó José Carmelo Zavala, es que los centros de acopio de llantas cobren para recibirlas, esto es un estímulo perverso que fomenta el tiradero clandestino; funcionan mejor los sistemas de depósito-reembolso, que han sido exitosos en el caso del aluminio, donde alguien paga por una soda y luego cobra si lleva la lata a reciclaje.
En el ámbito federal, opinó, tal vez el más atendido sea el sector industrial, por ser el mayor generador de residuos peligrosos, pero es muy poco atendido el sector de comercio y servicios, por ser micro generador; los programas de inspección y vigilancia no logran esta cobertura y se requiere redoblar esfuerzos para una mayor cultura y educación ambiental.
“Falta mayor colaboración entre el gobierno federal y el municipal para evitar que residuos peligrosos tengan un efecto multiplicador al mezclarse con la basura común; también falta una campaña permanente de identificación y etiquetado para reconocer los residuos peligrosos presentes en los hogares y separarlos para su manejo adecuado”, remarcó.
Será vital, finalizó Zavala Álvarez, una participación social real, crítica, comprometida y corresponsable, no una de escenografía que sólo legitime decisiones tomadas con anterioridad, la participación debe ser un proceso de aprendizaje y retroalimentación al gobierno, que debe aceptar y procesar las diferencias en un esfuerzo de tolerancia.