TIJUANA, AGOSTO 24, 2018.- En el sitio donde un albañil con nombre bíblico (Santiago Meza López) terminó disolviendo cuerpos por instrucciones del crimen organizado se construye hoy un “Memorial” y una “Capilla” para “llorar” como lo define Fernando Ocegueda, a los cientos de hombres y mujeres privados de su libertad por el crimen organizado para deshacerlos en ácido en el Ejido Maclovio Rojas, al este de la ciudad.

Ocegueda Flores es presidente de la Asociación Unidos por los Desaparecidos de Baja California y uno de los padres que por décadas ha buscado a su hijo extraído de su domicilio en el 2007 por un comando de una veintena de hombres armados y encapuchados.

El predio conocido como “La Gallera”  (porque antes de los terribles hechos ordenados por el crimen organizado ahí criaban gallos) ha sido donado por el gobierno de Baja California para ahí financiar incluso la construcción del Memorial-Capilla en un hecho inédito y hasta impensable puesto que en ese mismo sitio El Pozolero recibió un número incalculable de cuerpos (él declaró que fueron 300) con la misión de desaparecerlos, convertirlos en un líquido ácido que les arrancara su identidad.

Aquí mismo en la Calle CIOAC (nombre de una organización de lucha social campesina Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos) sin número se ubica el predio rodeado de bardas de bloque grueso donde se cometía una de las más terribles atrocidades en una tina de 200 litros en una mezcla de agua y un costal de sosa caustica, el hoy detenido (aún no sentenciado)  ponía los cuerpos 24 horas para que se desintegraran. Declaró que una vez deshecha la materia orgánica conduciría este líquido denominado “emulsión orgánica”  hacia diversas fosas sépticas donde los restos serían sepultados. El originario de Guamuchil, Sinaloa cobraba 600 dólares a la semana. Hoy a nueve años con 7 meses de su detención (jueves 22 de enero 2018) que escandalizó al mundo entero aquí mismo será inaugurado el próximo jueves 30 de agosto en presencia del gobernador de Baja California, Francisco Vega de la Madrid, quien por cierto autorizó emplear fondos gubernamentales para la construcción de este punto que sacará del limbo a familiares de desaparecidos que saben que tienen escasas posibilidades de identificar a todos los que aquí fueron deshechos.

Los hombres y mujeres deshechos en ácido (soca cáustica) durante un lapso de 10 años, según declaró Meza ante autoridades federales no eran identificados por el albañil que “trabajaba” en desaparecer a todo aquel que “le llevaban“.

En ese predio, La Gallera hasta el momento la policía la logrado extraer 16 mil 500 litros de materia orgánica y entre 170 y 200 kilogramos de huesos humanos. Todas estas evidencias fueron llevadas al área de genética de la Procuraduría General de la Republica, en Ciudad de México, donde las someterán a pruebas de ADN aunque hay dos fosas donde definitivamente se ha declarado que no hay manera de saber quienes están ahí puesto que su descomposición es tal que se ha mezclado el ADN de varios cadáveres por lo que es imposible llegar a un punto de identificación.

Hablar de la “gallera” es referirse a una de las más horrendas historias del narcotráfico, en México: esta “desaparición de personas” para terminar deshechas en un tambo a fin de no dejar la más mínima huella de quiénes eran y cómo les quitaron la vida para además ocultar a los ejecutores, incluso el motivo y aún más la peligrosidad de los grupos criminales que así creyeron haber evadido la justicia.

Meza López, quien también uso los alias de ‘Chago,’ ‘Chaguito’, ‘El Chango’, ‘Chapo’ o ‘Chapito’, desde su detención (2009) fue consignado al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, en el Altiplano (Almoloya de Juárez), Estado de México y no ha sido sentenciado en tanto su abogado lo mantiene amparado.

Por su lado, Fernando Ocegueda mencionó que dos plataformas de concreto encima de las fosas que quedaron en el predio serán parte de la estructura que se construirá en el lugar. Dentro de estas tapas hay emulsión orgánica que no podrá ser separada porque la bioquímica de la emulsión ya no permite extraer muestras de ADN. Esta mezcla bioquímica de cuerpos es el punto más simbólico para que los familiares que no han encontrado a sus familiares puedan orar, rezas o comunicarse espiritualmente con ellos.

Es importante precisar que para los familares de los desaparecidos contar con este sitio representa un reposo a un ciclo que no se ha cerrado desde el día en que alguno de sus seres queridos “desapareció” y jamás volvieron a saber de su paradero.