MEXICALI, MAYO 5,  2020.- En sesión ordinaria, la Comisión de Salud que preside la diputada Montserrat Caballero Ramírez aprobó de manera unánime una iniciativa de reforma a la Ley de los Derechos, Protección e Integración de las Personas Adultas Mayores en el Estado para que estos sean evaluados por médicos especialistas en geriatría.

La iniciativa fue presentada en su oportunidad por la diputada María Trinidad Vaca Chacón, y luego de someterla a análisis jurídico, se determino su procedencia y así fue aprobada, aunque con un ajuste propuesto por la diputada Julia Andrea González Quiroz, a fin de quedar sujeta a los convenios federales de la materia y disponibilidad presupuestal del sector salud, lo que fue aceptado por los integrantes de la citada comisión legislativa.

La reforma comprende los artículos 8 y 39 de la mencionada ley. El primero de ellos se refiere a que los adultos mayores deberán recibir orientación y capacitación en materia de salud, nutrición e higiene, así como todo aquello que favorezca su capacidad personal.
Con la reforma se agrega: “Además por parte de especialistas médicos Valoración Geriátrica Integral.

Por lo que hace al artículo 39 de la ley en mención, actualmente establece: “Proveer a las personas adultas mayores de una cartilla médica de salud y autocuidado, misma que será utilizada indistintamente en las instituciones públicas y privadas, en la cual se especificará el estado general de salud, enfermedades crónicas, tipo de sangre, medicamentos y dosis administradas, reacciones e implementos para ingerirlos, alimentación o tipo de dieta suministrada, consultas médicas y asistencias a grupos de autocuidado”. En este caso, se añade al texto: “Realizar valoración geriátrica integral”.

En la exposición de motivos, la diputada Vaca Chacón expuso que, en esta materia, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) 2012, indicó que los tres padecimientos con el mayor reporte de diagnóstico médico fueron hipertensión (40.0%), diabetes (24.3%) e hipercolesterolemia (20.4%).

Agregó que, en relación con los padecimientos mentales, uno de cada seis presenta síntomas depresivos significativos (17.6%), algo más de 7% presenta deterioro cognitivo y alrededor de 8% demencia. En relación con la pérdida de autonomía, 26.9% presentó dificultad para realizar al menos una ABVD (actividades básicas de la vida diaria), y 24.6% presentó dificultad para realizar al menos una AIVD (actividades instrumentales de la vida diaria) y aseguró que, en ambas condiciones, se observa que las prevalencias se incrementan a medida que aumenta la edad y es mayor en las mujeres.

Como se puede observar -señaló- los requerimientos de servicios de salud y, en consecuencia, de mayor necesidad de contar con información acerca de las enfermedades que padecen, o que potencialmente pueden presentarse entre la población adulta mayor, es un asunto de primera importancia para un adecuado diseño de políticas públicas y su eficaz y eficiente instrumentación en beneficio de este sector de la población.

“El crecimiento y los cambios demográficos recientes han provocado que el contacto clínico entre los profesionales de la salud y el paciente adulto mayor sea cada vez más frecuente, por lo que, sin duda alguna, impulsando nuevos paradigmas de atención de los adultos mayores, estaremos con mayores posibilidades de aumentar la promoción y previsión en materia de salud, pero también se podrá propiciar y facilitar las condiciones para un envejecimiento participativo, saludable, productivo y activo”, concluyó la inicialista.