TIJUANA, B.C., FEBRERO 2, 2018. La celebración del Día de la Candelaria, es el día en que los católicos celebran la fiesta de la purificación y la presentación del Niño Jesús al templo.
“Es un día que tiene varios significados que se relacionan entre sí. Desde luego, ese día celebramos la presentación del Niño Jesús en el templo, y día en que la Santísima Virgen con el señor San José dan gracias a Dios por el regalo del Niño Jesús“, dijo el Arzobispo Metropolitano, Mons. Francisco Moreno Barrón.
Explicó que esta solemnidad presenta dos personajes significativos:
- Al anciano Simeón, quien da gracias a Dios porque sus ojos han contemplado a su Salvador, y ahora puede morir en paz.
- A Ana, hija de Fanuel, una anciana quien le dice a la Virgen María “una espada de dolor atravesará tu alma”, refiriéndose a la vida sacrificada de Cristo, especialmente su pasión y muerte en la cruz.
“En realidad, la presentación del Niño Jesús tiene una actualidad hoy en la ofrenda que hacen también muchos papás de sus propios hijos en torno a los tres años. A veces antes, a veces después para poner en manos de Dios lo que de Dios han recibido. Es un gesto muy bonito en el que se comprometen los papás: padre y madre, a ser para sus hijos el rostro amoroso de Dios en su vida diaria“, comentó el Arzobispo.
También otro significado de este día de la Candelaria es contemplar a la Santísima Virgen, afirmó Mons. Moreno Barrón, como la mujer de la luz, la mujer de las candelas.
“La Santísima Virgen brilla en medio de la Iglesia pero no con luz propia. La luz que refleja es la luz de Cristo Jesús. Ella no es la luz. La luz es Jesús. Y quien mejor refleja el rostro de Cristo, Señor y Salvador, es su propia madre. Esto es una invitación para que nosotros también en nuestra relación con Cristo, llenos de su presencia, reflejemos su luz en nuestro trato con las personas que viven en nuestro alrededor”, mencionó el Arzobispo.
Y agregó: “Que seamos agentes de luz, de transparencia, de vida, de relación, con las gentes con las que convivimos a diario”.
“Para las personas de fe tiene un encanto especial esta celebración porque honramos a la Santísima Virgen con ese título de la Santísima Virgen de las Luces o de las Candelas. Y nos invita a confiarnos a ella, para que ella nos conduzca siempre a la luz definitiva que es Cristo Jesús”, destacó el Arzobispo.
Tradicionalmente, dijo, las personas se reúnen a convivir y compartir tamales y atole, y a quienes les tocó el Niño Jesús en la rosca del Día de Reyes llevan estos alimentos, lo que permiten la unidad familiar y convivencia.
“También para renovar nuestra fe, y comprometernos todos en la construcción de una mejor sociedad de la cual todos formamos parte. Porque toda expresión de fe, de religiosidad, nos tiene que llevar siempre a un compromiso social. De manera que no nos excluye, no nos tranquiliza la conciencia de nuestras responsabilidades ciudadanas”, invita Mons. Moreno Barrón.