Ciudada de México, DICIEMBRE 1, 2018.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador dice en presencia de Enrique Peña que su administración endeudó al país como nunca en tanto su gobierno facilitó a empresarios redes de corrupción para hacer negocio a costa de el empobrecimiento de la población.

Al tomar protesta como presidente de los Estados Unidos Mexicanos, el Lic. Andrés Manuel López Obrador hizo énfasis en dejar atrás una época neoliberal caracterizada por una grave corrupción que dañó al país y comenzar de nuevo, publica el portal de noticias http://radiografiainformativa.com

Propongo al pueblo de México que pongamos un punto final a esta horrible historia y mejor empecemos de nuevo, en otras palabras, que no haya persecución a los funcionarios del pasado, y que las autoridades encargadas desahoguen en absoluta libertad…

Que las autoridades encargadas desahoguen en absoluta libertad los asuntos pendientes, por cierto, hoy se constituye una comisión de la verdad para castigar los abusos de autoridad, para atender el caso de los jóvenes desaparecidos de Ayotzinapa.

Que se castigue a los que resulten responsables, pero que la Presidencia se abstenga de solicitar investigaciones en contra de los que han ocupado cargos públicos o se hayan dedicado a hacer negocios al amparo del poder durante el período neoliberal”, expuso.

De acuerdo con www.primeroeditores.com el tabasqueño se presentó a las 11:10 de la mañana en el recinto legislativo de San Lázaro para recibir la banda, hacer promesa solemne de hacer valer la constitución como máximo mandatario de la nación y posteriormente agradeció a Peña Nieto mantenerse al margen del proceso electoral, haciendo de lado el vicio que muchos presidentes han tenido de influir directamente en la percepción del votante.

Al inicio de su discurso, sus palabras recalcaron el fracaso del sistema neoliberal en nuestro país. El neoliberalismo y la corrupción han sido, según Andrés Manuel, los principales factores que han propiciado una crisis en nuestra nación.
También refrendó a nivel nacional y frente a senadores y diputados, su promesa de no perseguir los actos del pasado, para que no sean interpretados como actos de venganza. Asimismo, dijo que evitaría los delitos del porvenir, anticipando un gobierno lejos de la corrupción.
Anunció que a partir de este momento se buscará la formación de la Comisión de la Verdad, acompañada de la reforma de ley que buscará tipificar a la corrupción como un delito grave, “que no lo era”, puntualizó.
Adelantó que en su gobierno no habrá incremento de deuda pública, como lo hubo en el sexenio de Vicente Fox cuando la deuda final fue de 1.7 billones de pesos. El aumento a los 5.2 billones con los que cerró Felipe Calderón y los 10.2 billones que deja Peña Nieto justo ahora.

Además reafirmó su compromiso para acabar con la corrupción desde arriba:

“con apego a mis convicciones y en uso de mis facultades, me comprometo a no robar y a no permitir que nadie se aproveche de su cargo o posición para sustraer bienes del erario o hacer negocios al amparo del poder público.

Esto aplica para amigos, aplica para compañeros de lucha y familiares.

Dejo en claro que si mis seres queridos, mi esposa o mis hijos, cometen un delito, deberán ser juzgados como cualquier otro ciudadano. Solo respondo por mi hijo Jesús, por ser menor de edad”, aclaró.

Propuso que la corrupción sea considerado un delito grave y sea castigado como tal.
En materia económica expresó que se respetará la autonomía del Banco de México y se incrementará la inversión pública para rescatar la industria petrolera y la industria eléctrica.

Además de dar a conocer los proyectos con los que prevé reactivar la economía en la zona sur del país, así como medidas especiales para la franja fronteriza de México con Estados Unidos donde reiteró que bajará el IVA al 8 por ciento en tanto siguió firme en mantener su promesa de que también baje el ISR.