CIUDAD DE MÉXICO, OCTUBRE 17, 2019.- La prima ballerina assoluta de Cuba, que conquistó el mundo con su interpretación de Giselle, Alicia Alonso, falleció este jueves, a los 98 años de edad, informó el Ballet Nacional de Cuba, según reporte de la agencia Prensa Latina.

Alicia Ernestina de la Caridad del Cobre Martínez del Hoyo, conocida como Alicia Alonso, fue considerada una de las personalidades más relevantes en la historia de la danza, y constituye la figura cimera del ballet clásico en el ámbito iberoamericano. La eterna Giselle deja un vacío en los escenarios, donde más que bailar, flotaba. Su virtuosismo fue único e irrepetible en el papel de la joven e inocente campesina que está enamorada de Albrecht.

En diversas ocasiones, la bailarina y fundadora del Ballet Nacional de Cuba manifestó su deseo de vivir al menos 200 años; la vida para la bailarina consistía en dejar algo bueno en la Tierra. “Mientras viva, estoy tratando de hacer cosas buenas; quizá me equivoque algunas veces, pero por lo menos estoy tratando de hacerlas. Esa es la vida, ese es el valor de mi vida, lo que me mantiene mirando hacia el futuro”, expresó a La Jornada (31-Mayo-2012).

Figura de la vida cultural, Alonso aportó el nivel técnico al ballet, éste fue el sello especial de sus propuestas coreográficas, incluso varios críticos de ballet bautizaron ciertos casos que observaron en los escenarios como el nombre La Pirouette Alonso, por su perfecta ejecución.

Se despide ‘Giselle’ de los escenarios, fallece Alicia Alonso

Alicia Alonso (1920-2019) falleció a los 98 años de edad. La fundadora del Ballet Nacional de Cuba conquistó el mundo con su interpretación de “Giselle”. Alonso realizó aportaciones técnicas a través de sus propuestas coreográficas e incluso brindó la perfección en la ejecución de ciertos movimientos, ejemplo de ello La Pirouette Alonso. La bailarina se formó en danza en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical (Cuba) y la School of American Ballet (Estados Unidos). En 1938 debutó primero en Broadway y después se integró al American Ballet Caravan (1939) y el Ballet Theatre of New York (1943). En 1943 debutó con el rol principal de ‘Giselle’ en el Metropolitan Opera House, ayudando así a abrir paso a los latinoamericanos en los clásicos de ballet en escenarios internacionales. A pesar de quedar parcialmente ciega en avanzada edad, continuó presentándose.

También la prima ballerina como coreógrafa transmitió conceptos y sentimientos a niveles muy notables, pues logró que el público que asistía a las funciones no contemplara sólo el virtuosismo de los bailarines, sino que experimentara el estado anímico de los personajes y comprendiera el contenido de la obra.

La leyenda de la danza cubana nació el 21 de diciembre de 1920. Nieta de españoles e hija de un veterinario militar, mostró desde muy niña su preferencia por el baile y viajó con su familia a Estados Unidos, donde terminó su formación en danza en Nueva York.

La fundadora del Ballet Nacional de Cuba que tomó el apellido de su primer esposo, el también bailarín Fernando Alonso (1914-2013), debutó en el rol principal de Giselle en el Metropolitan Opera House, de Nueva York, el 2 de noviembre de 1943, echando por tierra el mito de que los latinoamericanos no podían interpretar un clásico del ballet.

En noviembre pasado, Alonso inauguró una exposición en homenaje a su debut en Giselle, hace 70 años, en el MET de Nueva York, donde se exhibieron documentos originales como carteles y programas de presentaciones de la prima ballerina.

Asimismo la periodista y filóloga, Mayda Bustamante, encargada de comunicación del Ballet Nacional de Cuba durante 15 años, editó el libro Alicia Alonso o la eternidad de Giselle para conmemorar el aniversario del debut de la bailarina.

El libro reúne textos de los críticos de danza de mayor prestigio, —algunos de ellos hasta ahora no habían sido traducidos al castellano—, comentarios de sus contemporáneos, el relato de la propia protagonista, ensayos, una cronología que recorre el vuelo de la artista y fotografías.

Orlando Salgado, quien interpretó con Alicia Alonso, Carmen, en la presentación del libro comentó que la prima ballerina en Giselle logró “hacer visible lo invisible con su estilo casi traslúcido. Una representación de Giselle jamás era igual a la anterior porque en ella iba el estado de ánimo de la bailarina, quien promulgaba que era un error tratar de imitarse a uno mismo”.

En una entrevista concedida a La Jornada ( 11-02-2007) la coreógrafa consideró como elogio que la llamaran mito de la danza o diva del ballet, pero su nombre era Alicia Alonso. En la conversación recordó que a los nueve años calzó sus primeras zapatillas de ballet:“desde entonces ya no las abandoné. Es más siempre las llevo físicamente conmigo, llevo mi último par de zapatillas siempre conmigo. Es un recuerdo lindo, algo íntimo”.

Para Alicia Alonso la cultura fue lo más precioso de la vida, aseguraba que las personas no sólo poseen el derecho de tenerla, sino “que es un deber de los gobiernos dársela al pueblo” (La Jornada 31-05-2012).

Su profesionalismo y amor por la danza fue evidente. Cuando Alicia comenzó a perder la vista, muchos de los papeles que interpretó lo hizo parcialmente ciega, bailaba guida por las luces del escenario. En los últimos años de su vida dependía de su oído para conducir los ensayos diarios de su compañía de ballet.

Alicia Alonso inició sus estudios en 1931 en La Habana, en la Escuela de Ballet de la Sociedad Pro-Arte Musical. Más tarde se trasladó a los Estados Unidos y continuó su formación con Enrico Zanfretta, Alexandra Fedórova y varios profesores eminentes de la School of American Ballet. Su actividad profesional comenzó en 1938, en Broadway, al debutar en las comedias musicales Great Lady y Stars in your eyes. Un año más tarde ingresó al American Ballet Caravan, antecedente del actual New York City Ballet. Se incorporó al Ballet Theatre of New York, en 1940, año de su fundación. A partir de este momento comenzó una brillante etapa de su carrera, como intérprete suprema de las grandes obras del repertorio romántico y clásico. En esta etapa trabajó junto a Mijail Fokine, George Balanchine, Leonide Massine, Bronislava Nijinska, Antony Tudor, Jerome Robbins y Agnes de Mille, entre otras significativas personalidades de la coreografía del siglo XX. Fue la intérprete principal en el estreno mundial de importantes obras como Undertow, Fall River Legend y Theme and Variations. En calidad de figura del American Ballet Theatre, actuó en numerosos países de Europa y América con el rango de prima ballerina.

Alonso debutó en el Teatro Bolshoi en 1958, cuando se presentó también, en la entonces Unión Soviética, como artista invitada del Teatro Kirov, de Leningrado, hoy San Petersburgo, y el Teatro de la Ópera de Riga.

Información de LA JORNADA