CIUDAD DE MÉXICO, ENERO 15, 2019.- México encabeza la lista de países en América Latina donde hay mayor concentración de la riqueza en pocas manos, en un contexto donde uno de cada diez habitantes de la región vive en pobreza extrema, explicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
“La pobreza y la desigualdad son ya características muy estructurales de nuestra región”, resumió durante la presentación del informe “Panorama social de América Latina”, en Santiago de Chile.
Si bien, desde 2002 a 2017 México se mantiene prácticamente sin cambios en el índice de reducción de desigualdad con base en la distribución del ingreso, las estimaciones preliminares que se hicieron sobre la repartición de la riqueza apuntan a que es el país más desigual de la región, por arriba de Chile y Uruguay, según los datos vigentes; debido a que 20 por ciento de la riqueza de los activos físicos y financieros, que implican las participaciones en bolsa, se concentran en pocas manos.
Ello en un contexto donde si bien diez años atrás se venía reduciendo la pobreza extrema en la región, para 2017 alcanza a 10.2 por ciento de la población, lo que significa que 62 millones de personas de 17 países no cuentan con los recursos suficientes para alimentación, mientras que la tasa de pobreza en general alcanza a 30.2 por ciento, equivalente a 184 millones de personas.
Las brechas se distinguen en zonas rurales, y también se acentúan para los jóvenes, las mujeres y lo indígenas, estos últimos se mantienen con 51 por ciento de la población en condición de pobreza y 19.1 por ciento de pobreza extrema; mientras que en el caso de la población entre 0 y 14 años esta tasa llega a 46 por ciento en pobreza y 17.3 en pobreza extrema.
Uno de los problemas que se confluyen con este problema, reconoció Bárcena, son las crisis migratorias que se mueven en la región. Pues son consecuencia de pobreza, ingresos laborales insuficientes y violencia en los lugares de origen; particularmente se dan desde zonas rurales, por lo menos en Centroamérica y México, donde la sequía también se cuenta como factor para migrar.
Y es que 1 de cada 4 habitantes de América Latina no cumplen con la doble inclusión, es decir, vivir en un lugar con condiciones de bienestar y ganar por arriba del salario mínimo. La situación se acentúa en el entorno rural donde 7 de cada 10 personas queda excluida de alguna de estas variables.
Para hacer frente al rezago en la materia —subrayó la presidenta ejecutiva de la Cepal—“es imperativo que podamos reforzar simultáneamente, en forma complementaria, políticas de inclusión laboral y políticas de inclusión social, con sistemas de protección social que permitan e erradicar la pobreza y disminuir la desigualdad”.
Con información de LA JORNADA