JUNIO 13, 2018. Dinero y política es desde siempre, lo que rige la elección de las sedes de los mundiales. Bajo esta premisa, la opción conjunta de México, Estados Unidos y Canadá se impuso con rotundidad a la de Marruecos. La triple candidatura americana acogerá el primer Mundial de la historia, con 48 selecciones que se dividirán en 16 grupos de tres países.
Para la FIFA que ahora dirige Gianni Infantino, la organización de un Mundial es una cuestión de seguridad en la rentabilidad económica del evento. La pasión por el fútbol que nucleaba las aspiraciones de Marruecos fue aplastada en la votación (134 contra 65) ante la seguridad de que el Mundial 2026, que por primera vez también organizarán tres países, será un gran negocio para la FIFA.
La candidatura ganadora, bautizada como United, anunció durante su presentación que dejará unos beneficios de 11.000 millones de dólares. Marruecos, aseguró que sus ingresos duplicarán los obtenidos en Brasil 2016, pero fue más cauta. Aseguró entradas más baratas para los aficionados a costa de los réditos económicos. Su discurso apeló más al sentimiento y la solidaridad con el continente africano, que solo ha acogido un Mundial, por 11 de Europa y 8 de América, que a la cuestión económica.
“Una cita mundial deber ser humana, es muy fácil manejar las variables de una ecuación financiera, los beneficios no son la razón de ser de un Mundial”, dijo Mulay Hafid lalamy presidente de la federación marroquí. La candidatura africana jugó duro en su puesta en escena, principalmente contra Estados Unidos. Hizo gala de ser uno de los países más seguros del mundo y de tener prohibido el uso de armas de fuego entre su población civil. El exinternacional nigeriano Daniel Amokachi, fue socarrón con el arraigo del fútbol en Estados Unidos: “El fútbol es más que unas cifras. Yo tuve la suerte de estar en el Mundial del 94 celebrado en Estados Unidos y cuando a la gente le preguntabas por la calle quién era Maradona no lo sabían”. México, a través del presidente de su federación, Decio de María, trató de contrarrestar la cuestión pasional defendida por Marruecos: “En México el fútbol no es solo un deporte, forma parte e de nuestra cultura, será un Mundial de fútbol para todos”.
La parte política de la candidatura ganadora, como la otra gran pata sobre la que edificar una candidatura, la ha liderado a su manera el presidente estadounidense Donald Trump, que durante el proceso lanzó varias advertencias. “Sería una pena que los países a los que siempre apoyamos fueran en contra de la propuesta de los Estados Unidos. ¿Por qué deberíamos apoyar a estos países cuando no nos apoyan, incluso en las Naciones Unidas?”, escribió en su cuenta de twitter a finales de abril. Al poco, tras una reunión en la Casa Blanca con el presidente de Nigera, dijo: “Espero que todo los países africanos y del resto del mundo apoyen nuestra candidatura con Canadá y México para la Copa del Mundo 2026. Estaremos mirando muy de cerca y cualquier ayuda que nos den será apreciada”.
Unidos como Uno
Por el momento podría ser lo más alejado de la realidad, debido a los ataques recurrentes que Trump hace a sus vecinos. Pero, la propuesta de México, Estados Unidos y Canadá es el lema: “Unidos como Uno”.
Estados Unidos encabeza el número de ciudades sede con 25. Canadá tiene 4. Y México 3.
Los estadios mexicanos serán: el Estadio Azteca con 87 mil asientos ubicado en la zona sur de la Ciudad de México, el Akron de Guadalajara con más de 45 mil asientos y el BBVA de Monterrey con poco más de 52 mil asientos.
Con la elección de este miércoles, la sede mexicana ha logrado que el Estadio Azteca sea el único estadio en el mundo en albergar tres inauguraciones del Mundial o tener la esperanza de albergar una tercera final tras las ediciones de 1970 y 1986.
Los principales estadios de EE UU fueron usados en la anterior Copa Américana Centenario. De ellos destacan, el MefLife de Nueva Jersey, el Estadio NRG en Houston Texas, el Rose Bowl de Los Ángeles y el Estadio Levi’s ubicado también en California. Además, están el Gillete en Massachusetts, el Soldier Field en Chicago y el Century Link Field en Seattle.
La carta fuerte de Canadá es el Estadio BC Place en Vancouver.
El reparto de los encuentros, como el de las sedes, ha sido desigual: 60 partidos para Estados Unidos, 10 para Canadá y 10 para México.
Como es costumbre, los anfitriones son invitados inmediatos de la Copa del Mundo que organizan. De esta manera Estados Unidos, México y Canadá no tendrán que jugar la clasificatoria en la Concacaf, zona que hasta el momento otorga tres boletos al Mundial y uno a la repesca, por lo que se abre la oportunidad para que los equipos de Centroamérica, como Guatemala, Nicaragua y Panamá, y el Caribe eleven sus aspiraciones para jugar.
Con información de El País