TIJUANA, ENERO 11, 2018.- José María González Martínez, sub procurador de Investigaciones Especiales de la PGJE en Tijuana reveló que entre el 40 al 50 por ciento de los ejecutados por razones de narcomenudeo terminaron en la fosa común ya que nadie los reclama.
El 2017 fue un año en el que la cifra de muertos cerró en mil 744 homicidios. De esta cifra se desprenden un total de mil 662 carpetas debido a que en un evento ocurrió desde un doble y hasta triples homicidios.
La cifra más relevante de los investigadores es que el 90 por ciento de los asesinatos han ocurrido por pugnas entre el crimen organizado y narcomenudeo, revelan los datos obtenidos durante el año más violento de la historia de la ciudad.
Ese restante 10 por ciento corresponde a robos, riñas o situaciones personales, como sucede en toda ciudad del mundo.
El sub procurador de Investigaciones Especiales dijo que Baja California sigue siendo un estado que consume drogas y las pugnas de los involucrados por expandir su territorio o área de venta al menudeo a través de las llamadas narco tiendas ha generado el fenómeno de eliminación y violencia en las calles de la ciudad.
La revelación anterior, dijo, “surge de entrevistas a los padres, testimonios de la sectorización en las colonias así como evidencias que concluyen que el efecto del narcomenudeo es la escalada en asesinatos y enfrentamientos.
Agregó que los temas relativos a esta actividad ilícita son más complejos de esclarecer “porque las familias no aportan información ni cooperan” algunas veces por complicidad en el negocio y otras simplemente por temor a terminar igual.
González Martínez comentó que muchos familiares no cooperan porque afirman desconocer la actividad ilícita a la que se dedicaban las víctimas aunque finalmente se llega a concluir que estos no tenían modo honesto de vivir. Sin embargo aclaró que esto no necesariamente los señala como narcomenudistas, situación que se confirma en los alrededores con personas que de manera anónima ofrecen información corroborable que termina por dar luz a las indagatorias.
Y por estas razones muchos cadáveres son materialmente abandonados en el Servicio Médico Forence a razón de 45 a 50 por ciento de los cuerpos que finalmente “no fueron reclamados por sus familiares” y terminaron en la fosa común.