TIJUANA, JULIO 14, 2020. El Gobierno de Baja California ha logrado reducir en $5 mil 221 millones de pesos, la enorme deuda que dejó (hasta octubre de 2019) la anterior administración estatal panista, por un monto global de $34 mil 150 millones de pesos, mediante la aplicación rigurosa de una estrategia de contención del gasto, compactación de la estructura gubernamental y escrupuloso manejo de las partidas presupuestales.
Así lo informó el secretario de Hacienda del Estado, Rodolfo Castro Valdez, al participar con el gobernador Jaime Bonilla Valdez, en su cotidiana videoconferencia matutina que difunde en redes sociales; afirma que actualmente el saldo de la deuda es de $28 mil 929 millones de pesos, y se sigue adelante en un ambiente de diálogo, transparencia y armonía con los sindicatos y los acreedores para cubrir los pagos.
El titular de Hacienda del Gobierno del Estado, desglosó los conceptos que engloban la deuda y los montos que representan, así como la estrategia puesta en práctica para rescatar de la quiebra literal en la que la actual administración encabezada por el gobernador Jaime Bonilla Valdez, recibió las desordenadas finanzas de Baja California.
En recursos no entregados a municipios, paraestatales y organismos autónomos suman, $2 mil 553 millones de pesos; en deuda pública, $16 mil 330 millones de pesos; en prestaciones y beneficios de seguridad social de los trabajadores, $744 millones de pesos; UABC, $1,765 millones de pesos; Issstecali (sistema de pensiones), $3 mil 739 millones de pesos; adeudo federal, $2 mil 279 millones de pesos; así como proveedores y diversos servicios, $858 millones de pesos.
“Hemos enfrentado esta situación con una contención del gasto y una atención directa a grupos vulnerables, magisterios, sindicatos; y sostener las propias finanzas públicas”, expuso el secretario de Hacienda, Rodolfo Castro Valdez, en su exposición hecha pública, y que repetirá cada mes.
En este contexto, compartió los ejes financieros en los cuales se ha basado la administración que encabeza el gobernador Bonilla Valdez, iniciando con la austeridad gubernamental como principio para el ejercicio de los recursos estatales.
Resaltó la atención prioritaria a los niños y las niñas en programas que promuevan el bienestar de las familias, como es el caso de los Desayunos Escolares gratuitos, que fue el primer compromiso cumplido, así como el plan alimentario de despensas, entre otros.
“El aparato gubernamental, desde el inicio de este gobierno, se contrajo; por ejemplo, se compactaron dependencias, hicimos la labor y acercamientos con sindicatos para poder dotar de una mayor eficacia gubernamental ¿cómo?, respondiendo a rezagos sociales, focalizando la gestión de recursos federales e incrementado un poco la inversión en la contención del gasto; lo no esencial y el gasto operativo se ha reducido al máximo”, explicó Castro Valdez.
Sobre la forma en qué está compuesto el presupuesto 2020, que se traduce en $53 mil 928.1 millones de pesos, dijo que los recursos se ejercen mayormente a las acciones por el Bienestar de las personas, economía y ciudades dignas, que representa el 56.08%; la participación a municipios con el 17.87%, seguridad y paz comunitaria 9.71%, Poderes Autónomos 8.41%; en tanto en menor porcentaje Gobierno Austero y Hacienda Ordenada (2.88%), Gobernanza (2.79) y financiamiento y deuda (2.26%).
El funcionario estatal destacó que, por instrucción del gobernador Bonilla Valdez, no se ha dejado de pagar las participaciones fiscales a los ayuntamientos, como lo ofreció desde el inicio de este “Gobierno en Marcha”, para dotarlos de finanzas y asumir compromisos con ellos y que no fuera un obstáculo para atender las demandas más sentidas de la población en cada municipio.
Enseguida intervino el mandatario para expresar: “Si el municipio les dice a ustedes (ciudadanos), no tengo dinero para el bacheo, recolección de basura, para los policías (pago), ese no es el caso; porque se ha escudado mucho, algunos elementos, en lo particular uno, que dice que no tiene recursos, pero no tiene recursos porque no saben administrarse, no son austeros y no saben qué hacer con el dinero cuando les llega; este administración como ninguna otra le ha cumplido a los ayuntamientos”.
Al retomar la palabra, el secretario de Hacienda dijo que, sin descuidar la inversión pública e impulso a la economía, se han establecido programas emergentes a través de la Secretaría de Economía, Sustentable y Turismo (SEST) y la Secretaría de Integración y Bienestar Social (SIBSO), a efecto de focalizar el recurso a la población más vulnerable, con una distribución adecuada en los distintos ejes.
Indicó que pesar de que existe la contención del gasto, se registraron caídas en las participaciones federales, derivado de la pandemia del COVID, en este sentido, expresó: Las recaudaciones cayeron de manera natural, entre 10 ó 15 puntos porcentuales en diferentes parámetros nacionales en la parte federal; en el Gobierno del Estado hemos traído una caída en mayo de alrededor del 8 ó 9%, pero la ciudadanía ha respondido en la parte de la atención a los impuestos; el gasto reorientado asciende a $619.2 millones de pesos.
El secretario de Hacienda resaltó además que Baja California se posiciona por primera vez en “semáforo verde” de la Evaluación Anual del Sistema Alertas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lo que se traduce como un nivel de endeudamiento sostenible; en tanto que en el diagnóstico “Presupuesto Basado en Resultado y del Sistema de Evaluación del Desempeño”, se ubica en el cuarto lugar nacional con un avance del 82.8%, muy por encima del promedio nacional.
Posterior a la presentación del titular de Hacienda, el gobernador Jaime Bonilla Valdez reconoció que le fue heredado “un estado en quiebra, con deuda y nada de dinero, con más de $2 mil millones de pesos de pagos pendientes a acreedores que no se registraron, es fácil administrar el estado pidiendo prestado”, comentó.
Agregó que todos los esfuerzos que ha impulsado el “Gobierno en Marcha” están encaminados a seguir operando los programas sociales y las acciones en beneficio del pueblo de Baja California, levantando el nivel crediticio y la imagen de la entidad, sobreponiéndose a las circunstancias adversas por la pandemia mundial por Covid-19.