FEBRERO 5, 2019.- Crear y desarrollar aplicaciones propias en un solo día y sin necesidad de un ejército de programadores. Este es el futuro de una industria que se empieza a asentar en un mundo denominado Low Code (pocos códigos) y se asoma a un nuevo universo No Code (sin códigos). Esta era permite a cualquier empresa generar sus propias aplicaciones, interconectar sus bases de datos y diseñar sus plataformas con los mejores criterios de mercado y uso.

El camino que ha comenzado a recorrer el desarrollo de aplicaciones es similar al que abrió la irrupción de sistemas operativos como el de Windows, que supuso la creación de un entorno más visual, intuitivo, manejable, funcional y atractivo para interactuar sin tener grandes conocimientos en informática. En las condiciones actuales, una empresa que pretenda lanzar una aplicación puede tardar hasta un año y necesitar un pequeño ejército de ingenieros (propios o de otras entidades). La programación sin códigos pretende que este proceso sea fácil, barato, rápido, compatible con la computación en la nube y adaptable.

El No Código permite diseñar una aplicación desde el navegador, definiendo cada elemento y las propiedades que debe tener en su relación con la aplicación y los dispositivos con los que interactúe. El resultado es un programa adaptado a los dispositivos móviles o de escritorio, multifuncional y con altas capacidades de gestión de la información que recogen o procesan.

Ventajas

Una de las ventajas más importantes es la privacidad. Toda esta información se queda en la propia empresa y no pasa por desarrolladores y plataformas de terceros. Otro valor es la posibilidad de mejora y actualización permanente en función de las necesidades y urgencias de la compañía, sin necesidad de depender de terceros.

Frode Nordseth, hasta hace poco CEO director general en España de Schibsted (Infojobs, Fotocasa o Mil Anuncios) ha dado el salto a este modelo de desarrollo de aplicaciones con Apply Digital Systems, una compañía internacional con base en España creada hace ocho meses.

“Ahora podemos, en tiempo real, pasar una idea a un programa. Lo que antes se tardaba un año se puede conseguir en dos semanas o en un día. Vendemos tiempo”, resume Nordseth.

En este poco más de medio año de trabajo, Apply Digital Systems ha conseguido atraer a tres grandes clientes. General Electric ha recurrido a su plataforma sin códigos para desarrollar una aplicación que permite interactuar a sus 20.000 trabajadores en todo el mundo; una multinacional médica trabaja con un programa que relaciona a usuarios y prestadores de servicios y otra gran empresa de programación catalana se ha sumado al grupo.

Este campo de la programación sin códigos cuenta con empresas como Quick Base, Mendix o Zudy, que transforman el lenguaje informático necesario en pantallas visuales que facilitan la creación de aplicaciones. Hasta ahora, se necesitaban computadoras de alto coste y especialistas que no siempre estaban disponibles a la hora de mejorar o modificar las aplicaciones, por lo que se quedaban estancadas en el desarrollo original.

Los nuevos modelos permiten prescindir de dos rémoras fundamentales para los negocios: el alto coste de la digitalización y la falta de agilidad para adaptarse a las condiciones diarias del mercado.

Con información de EL PAIS