MEXICALI, FEBRERO 5, 2020.- Sobre los dichos vertidos por el dirigente del PAN Municipal de Mexicali en el sentido de que la política del Gobierno de Baja California tiene un sesgo recaudatorio y que se está ejerciendo un “terrorismo fiscal”, el Secretario General de Gobierno, Amador Rodríguez Lozano fue contundente al afirmar que los gobiernos emanados del Partido Acción Nacional dejaron un Estado quebrado financieramente hablando, en perjuicio de la gente.
“Entre más les buscamos más encontramos; hay una deuda de más de 32 mil millones de pesos, dejaron vehículos inservibles, equipo de cómputo obsoleto, y un sinfín de proveedores a los que no se les pagaba, pero sobre todo pagos pendientes en medicinas poniendo en peligro la salud de miles de personas”, dijo Rodríguez Lozano.
El Secretario General de Gobierno dijo que la Administración Estatal que encabeza Jaime Bonilla Valdez ha actuado en responsabilidad, incrementando algunos impuestos que no afectan al bolsillo de los ciudadanos, como el impuesto a los casinos que en todos los estados pagan 900 millones de pesos al año y en Baja California, con la complacencia de los gobierno blanquiazules solo pagaban 200 millones al año.
Manifestó que en momentos de crisis los grandes empresarios tienen que participar en el progreso y desarrollo del estado, no será permanente, dijo, pero tienen que participar ya que antes no lo hacían como los moteles, los gasolineros y la industria del gas, que genera por ejemplo 700 millones de dólares al año en ganancias.
“Por qué el dirigente López Merino o su jefe Enrique Méndez no alzaron la voz cuando el gobierno de su amigo Kiko Vega se robó esas enormes cantidades de dinero y no le pagaba a los maestros, no pagaban las medicinas o cuando no daban el pago a los jubilados y pensionados; es una total incongruencia que ahora refieran lo que hace meses callaban”, dijo el funcionario estatal.
Rodríguez Lozano dijo que la manutención a la infraestructura estratégica fue mínima, por ejemplo la red de agua potable Río Colorado – Tijuana, la cual estaba a punto de colapsar por falta de mantenimiento, poniendo en riesgo la dotación del vital líquido a la zona costa, situación a la que el gobierno de Jaime Bonilla, en responsabilidad, le está haciendo frente al modernizar las bombas, las cuales no habían sido cambiadas en más de 30 años con lo que el actual gobierno estatal garantizará el suministro del agua a los bajacalifornianos durante las próximas décadas.