TIJUANA, JULIO 13, 2019.- El Ombudsperson nacional, Luis Raúl González Pérez, llamó a las autoridades y sociedad a rechazar la obstaculización, discriminación, xenofobia y odio hacia las personas migrantes, ya que los países se nutren del trabajo y la dedicación de quienes vienen del extranjero, y demandó, en cambio, admirar y valorar la fortaleza de una comunidad que transita en pos de la libertad y de un mejor porvenir sin importar los asedios y peligros que corre en su trayecto.
Expuso que el mundo ha requerido nuevos arreglos contemporáneos para atender la migración, que se presenta en todo el mundo, y ahora las responsabilidades son globales y compartidas, de ahí que las excepciones propiciadas unilateralmente no deben aminorar nuestros esfuerzos para que los grandes acuerdos mundiales logren ampliar los derechos humanos en todas las regiones.
Indicó que los muros visibles o invisibles constituyen la negación de los Estados nacionales ante la desigualdad mundial que prevalece, y es inadmisible que se parta de decisiones unilaterales de países supremacistas que no entienden el tema de la migración y que no han entendido siquiera que se constituyeron algunos de ellos a partir de la movilidad humana. Los discursos racistas, xenófobos, sustentados en el odio pasan de las palabras a las acciones y dividen a las personas, a los barrios, a las colonias, a las comunidades.
Al presentar el libro “Murales, no Muros”, dijo que tiene como propósito concientizar a la sociedad sobre la realidad migratoria que se vive en México mediante la promoción de los derechos humanos de las personas migrantes desde una perspectiva cultural, al mostrar las expresiones de ellas mismas, muchas veces anónimas, así como de las valiosas personas defensoras civiles, los albergues y otros sitios de encuentro y remanso donde se tiende la mano y se alienta la esperanza. Precisó que los muros son recubiertos con la felicidad anhelada de las familias, las niñas y los niños, y de todas las personas migrantes que dolientes huyen de la pobreza, la violencia o la discriminación.
González Pérez dijo que el título mismo del libro refleja de una manera concisa y contundente lo que podría ser toda una página editorial, y resuelve, asimismo, el dilema migratorio actual, ya que o se está en favor de la libertad o del rechazo; en favor de que transite la libertad acompañada de la diversidad y el talento o la negación total en detrimento de todo el género humano.
Acompañado por Alexandra Haas, Presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, celebró que la CNDH coincida con la bailarina Elisa Carrillo Cabrera, Embajadora Cultural de México y Primera Bailarina del Ballet de Berlín, en una visión que tiene que ver con una de las mejores formas de expresar nuestro apoyo y solidaridad a las personas que migran todos los días en el mundo.
Tras señalar que las expresiones culturales vienen a ser en un entorno de convulsión e incertidumbre, espacio de paz, reflexión, enriquecimiento espiritual y de goce para toda persona, comentó que buena parte de la plenitud del desarrollo individual solo es posible si están dispuestas las condiciones para acceder y satisfacer las necesidades materiales, pero también las de carácter intangible como la contemplación y el aprecio artístico, que son indispensables para ese fin.
Las artes, dijo, conducen a un camino por donde el ser humano crea las obras más sublimes que lo hacen trascender en el tiempo.
González Pérez destacó que, en su consideración, Elisa Carrillo advierte lo que acontece en el mundo desde una perspectiva muy especial, reconociendo la importancia de todas las culturas, las nacionalidades y los idiomas, ya que como Embajadora Cultural y exponente sin igual en el arte de la danza se ha constituido en gran ejemplo de realización de metas y la prosperidad individual, y añadió que así como ella ha logrado su sueño, también lo logren todas las personas, incluidas quienes están en contexto de movilidad humana y consideró importante sustituir los muros por cultura y construirla con respeto a la dignidad de las personas.
Previamente, Elisa Carrillo Cabrera presentó el performance titulado “El Chelo” junto al bailarín Mikhail Kaniskin, con coreografía de Nacho Duato y música de J. Sebastian Bach; así como también se tuvo la representación artística “Empathy”, por los bailarines Giulia Scognamillo y Andrea Carino, con coreografía de Barbara Gatto y música de Olafur Arnalds.
En su oportunidad, la Embajadora Cultural Carrillo Cabrera compartió su experiencia en el extranjero y las aportaciones que ha realizado a la cultura a nivel mundial. Indicó que los muros nos separan y dividen como seres humanos, ya que fragmentan familias y nos dividen como personas. Ante ello, subrayó que la cultura y el arte pueden contribuir a sensibilizar a la población y lograr ser mejores personas, por lo que todas y todos debemos luchar porque esos muros se derriben. Mencionó que, desde el ámbito de la danza, las y los artistas tratan de aportar a otros países para eliminar estos muros invisibles que se presentan, entre la cultura y lo que los seres humanos piensan de ella, ante lo cual es necesario valorar la danza, acercarla a las niñas y niños para que crezcan con otra perspectiva de vida.
Alexandra Haas Paciuc indicó que ante la coyuntura que presenta el fenómeno migratorio se ha incrementado la xenofobia expresada en las personas que piden expulsar de manera inmediata a los migrantes de nuestro país, ya que de acuerdo a una encuesta 44% pide expulsarlos; y frente a esta situación, las políticas de inclusión están siendo cuestionadas, ya que se piensa que son medidas que benefician a grupos pequeños y distraen a las autoridades para atender los derechos de las personas mexicanas. Señaló que los murales que se reflejan en el libro combaten algunas de las causas estructurales de xenofobia hacia las personas migrantes y comparten sus experiencias, que contribuirán a la construcción de un país en paz y eliminar la visión limitada que se tiene del fenómeno migratorio.