TIJUANA, AGOSTO 14, 2018.- Debido al alto nivel de producción actual, México requiere una nueva Ley sobre el manejo y consumo que agrupa al plástico, dado que hoy los envases y embalajes pueden representar entre 60 y 70 por ciento de los residuos sólidos urbanos.
Así lo destacó el ingeniero José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA) quien es también experto egresado del programa internacional LEAD, que en México tiene su sede en el Colegio de México bajo el nombre Programa de Estudios Avanzados en Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Deberían aplicarse conceptos como economía circular, afirmó Zavala Álvarez, regulando la producción de plástico, con un ecodiseño adecuado para que en cada ciudad sea posible el reúso y el reciclaje, todo en una Ley de Empaques, Envases y Embalajes que defina políticas sostenibles y promueva la economía circular.
Agregó que desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzó el año pasado la campaña para combatir los residuos plásticos que llegan a los océanos, se han sumado ciudades, organizaciones y países en diferente grado y compromiso en contra de las bolsas de plástico, lo cual se ha convertido en una moda y primicia.
“La primera gran tarea para Tijuana y toda ciudad mexicana es separar; salió el año pasado en la ciudad de México la Norma Ambiental NADF-024-AMBT 2013 sobre Separación, Clasificación, Recolección Selectiva y Almacenamiento de los Residuos del Distrito Federal, para separar los residuos en cuatro categorías: orgánicos, residuos biodegradables; inorgánicos reciclables, como el aluminio, plásticos que puedan reusarse, ropa o juguetes; inorgánicos no reciclables, como el papel sanitario, curitas y plumas, y residuos de manejo especial, como los aparatos electrónicos; sin embargo, no hay sanción en caso de no cumplirla”, afirmó.
Comentó que antes de adquirir un producto o tirarlo, se debe empezar por respetar y considerar la secuencia de las tres R´s que apoyan a la economía circular: reusar, reducir y reciclar, en un plan de manejo local que pueda integrar a la participación social y al gobierno, porque cada ciudad tiene necesidades diferentes.
“Unas ciudades pueden estar más avanzadas que otras en temas de desarrollo sostenible; también es cierto que es fácil seguir la moda de San Francisco o Londres y es una buena señal, pero esas ciudades ya separan en distintas corrientes sus residuos y ahora van sobre la fracción superior de la pirámide”, dijo.
José Carmelo Zavala comparó la utilidad de las bolsas de plástico con el reto conocido como “Basura Challenge”, que inició en Tijuana, propagándose a otras ciudades del Estado.“En días recientes en Tijuana se puso intenso correr y recoger basura en bolsas de plástico, claro porque son fáciles de manejar y no es una crítica, es un reconocimiento a lo útil de las bolsas de plástico”, señaló.
Recalcó que podría lograrse un mejor manejo post consumo de las bolsas si los tijuanenses estuvieran conscientes de lo que se puede hacer con ellas después de usarlas, dado que pueden reusarse de varias maneras y sugirió que cuando una bolsa vaya a ser desechada se le haga un nudo para ser recolectada fácilmente y se apoye así la labor de los pepenadores.
“Los materiales con que se construye un producto cumplen funciones según el contenido, por eso en bebidas el vidrio es preferido en vinos y licores; en ropa y zapatos, el cartón y el papel han predominado por años; las cajas de madera aún tienen gran uso en mercados; las maletas y mochilas de piel aún compiten con otros materiales, pero el plástico es muy funcional por su tiempo de vida”, dijo.
Al no ser biodegradable, añadió, el plástico se usa para alimentos que no pierdan sus nutrientes, que puedan ser esterilizados, fáciles de empacar, ya sea líquidos o sólidos, transportados o conservados en envases resistentes, ligeros, transparentes, flexibles, impermeables, grandes, chicos, reusables, térmicos, baratos; son muchas características según el producto para mantener el sabor, olor y color.
Afirmó que la existencia del plástico llegó hace apenas unos 50 o 60 años y en algunos segmentos del mercado de envases han sido útiles para transportar y proteger el producto y que este material pueda ser de uso extendido.
“Inicialmente para transportar agua y alimentos hechos por materiales de preferencia disponibles localmente como el cuero, fibras vegetales tejidas como canastas, cajas de madera o barriles, el cartón, jarrones de arcilla, frascos de vidrio, barriles de láminas y al que se ha sumado ahora el plástico en cajas, frascos, barriles, bolsas y canastas tejidas”, explicó.