ENERO 27, 2018. Las negociaciones para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte TLCAN, prosiguen en Montreal, Canadá, con las últimas rondas antes de una ruptura o refundación del acuerdo que debería llegar en marzo.

Pero el secretario de Economía Ildefonso Guajardo, ha dicho en Davos este viernes, que el acuerdo podría no llegar hasta “finales de julio”. Esta ampliación del calendario pactado por los tres países -México, Canadá y Estados Unidos- supondría un impacto directo en las próximas elecciones presidenciales de julio: una de las campañas más disputadas que se recuerdan, se vería oscurecida por una renegociación endurecida por Trump.

También se acercaría mucho a las elecciones legislativas en Estados Unidos de noviembre, en las que se juegan el cargo todos los congresistas y un buen número de senadores y gobernadores de los estados más afectados por el TLC, muchos de ellos, eminentemente agrarios.

En estas circunstancias el campo norteamericano ha vuelto a levantar la voz y ha advertido de las consecuencias negativas que tendría el fin del tratado.

América primero

En Davos, Trump está intentando vender uno de sus lemas preferidos, América primero. Pero, asegura, eso no significa América a solas y que si esta gran economía va bien, el resto del mundo se verá beneficiado.

Trump desde su candidatura, ya pintaba el tratado entre los tres países del norte, como una bestia negra de la clase trabajadora estadounidense, por la competencia que supone la mano de obra más barata.

Ha repetido que no queda otra salida que un cambio radical o el fin de un acuerdo que ha multiplicado los intercambios en América del Norte y ha permitido a su país tener en México una plataforma industrial barata y cualificada sin la que Estados Unidos se las vería mal y por la que estaría deseoso para competir en el mundo globalizado.

En sus ataques al tratado, como en tantas otras cosas, Trump no sólo no cuenta con el apoyo en bloque de su país, sino que también le discuten su aproximación muchos votantes republicanos, especialmente los de las regiones agrícolas.

Las exportaciones del sector agrícola estadounidense a México y Canadá se ha quintuplicado desde que el tratado entró en vigor hace casi 25 años.

Aún dentro de la propia administración de Trump, el secretario de Agricultura Sonny Perdue, ha liderado la apuesta a favor del acuerdo.

 

 

FUENTE: EL PAÍS