CIUDAD DE MÉXICO, ENERO 21, 2019.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo la expectativa de crecimiento para México este 2019 y lo mismo para el próximo año, como consecuencia de una menor inversión privada; con lo que se estima que el país arrastre a la baja el crecimiento regional de América Latina.
De acuerdo con las expectativas del organismo, en el arranque del gobierno de Andrés Manuel López Obrador el producto interno bruto (PIB) se ubicará en 2.1 por ciento, por debajo del 2.5 por ciento de su estimación de octubre para este 2019; en lo que hace a 2020 también la expectativa cayó de 2.7 por ciento a 2.2 por ciento.
El reporte Perspectivas Económicas Mundiales presentado este lunes, añade que en América Latina se proyecta que el crecimiento repunte en los próximos dos años, de 1.1 por ciento en 2018 a 2.0 por ciento en 2019 y 2.5 por ciento en 2020, sin embargo, ambas estimaciones están .2 por ciento por debajo de lo previsto en el reporte de tres meses atrás.
“Las revisiones se deben a perspectivas de menor crecimiento en México en 2019–20, por una disminución de la inversión privada, y una contracción aún más severa de lo previsto en Venezuela”, consigna el reporte.
En contraparte, Brasil equilibrará a la región, según el FMI, dado que sus expectativas de crecimiento también vieron una revisión de .1 por ciento en el pronóstico, con un estimado de 2.5 por ciento de expansión para este año; aunque para 2020 la proyección cae a 2.2 por ciento.
Por otro lado, el organismo expone que el estimado un crecimiento mundial para 2018 se coloca en 3.7 por ciento, conforme a lo pronosticado en la edición de octubre; sin embargo para este 2019 se prevé una desaceleración que cerraría el año en 3.5 por ciento y 3.6 por ciento en 2020, es decir, 0.2 y 0.1 por ciento menos que lo proyectado en octubre.
En general los riesgos que prevé el organismo son las tensiones comerciales y el curso que tomen las condiciones financieras en los próximos meses. Entre las medidas que se abonan a reducir las friccciones destaca el curso del Tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el 30 de noviembre, que reemplaza al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN); el anuncio del 1 de diciembre por parte de Estados Unidos y China de una “tregua” de 90 días para la subida de los aranceles, y la reducción anunciada de los aranceles aplicados por China a las importaciones de vehículos de Estados Unidos.
Sin embargo que estos impás aún tienen por delante, en el caso del T-MEC procesos internos de ratificación en los Congresos de cada país; y en el choque comercial Estados Unidos-China sigue esperándose un proceso “espinoso” en la negociación entre ambas economías; por ello, recalca el reporte “el comercio, la inversión y el producto a escala mundial siguen estando amenazados por la incertidumbre de las políticas y otras tensiones comerciales actuales”.
“De no resolverse las diferencias y de materializarse el consiguiente aumento de las barreras arancelarias, aumentarían los costos de los bienes intermedios y de capital importados y los precios de los bienes finales para los consumidores”, sumado a ello, “El consiguiente deterioro de las perspectivas para la rentabilidad de las empresas podría perjudicar la actitud de los mercados financieros y moderar aún el crecimiento mundial”, destaca el FMI.