NOVIEMBRE 20, 2018.- Poco se podría entender de Roma, la más reciente cinta de Alfonso Cuarón, sin la participación de sus tres protagonistas: Yalitza Aparicio interpretando a Cleo, la nana de la familia; Nancy García dando vida a Adela, quizá la única amiga de Cleo; y Marina de Tavira como la señora Sofía, la madre de la familia.
Cada una desde su pequeña o gran historia es una muestra de la vulnerabilidad humana. En el caso de Yalitza, su trabajo en esta película es una responsabilidad para representar a las amas de llaves que difícilmente son vistas en el hogar. “Mi trabajo fue con la intención de que todas las personas valoremos más. Mi mamá es nana, empleada doméstica, me ha tocado ir a trabajar con ella y me da mucha alegría que en algunas casas la consideren como de la familia”, dijo.
Su nombre ha sonado para algunos premios. Ahora está nominada a los Gotham como Mejor Actriz Revelación, y algunos expertos ya la visualizan en los Oscar. “A pesar de que yo no estudié actuación, en esta película entregué todo el corazón, y me da mucha alegría que me honren así porque también es honrar a todas mujeres que a veces son invisibles en el hogar y que son a las que traté de darle vida en la película”, agregó.
El caso de Nancy García no es distinto, ella es la representación de las lenguas y las culturas en México. Fue quien enseñó a Yalitza a hablar mixteco y es su personaje también la recuperación de esta lengua que, a su parecer, cada día corre más riesgo de desaparecer.
“Lamentablemente se ha ido perdiendo porque justamente no lo valoramos. Y todo parte de la discriminación que reciben nuestras culturas mexicanas, todo parte de esa discriminación de ‘hijo no lo hables porque te van a discriminar’, no debe ser así, todos pertenecemos a una cultura y tenemos que retomarla”, contó la actriz.
Gran parte del valor de esta película tiene que ver con la parte íntima de su historia. Marina de Tavira vivió este proceso de la mano de Alfonso Cuarón, ella es la representación de su familia, de su madre en un momento de ruptura en el que parece que está a punto de derribarse.
“Esta película es la enseñanza de que entre más personal eres, puedes tocar universalmente a las personas. La gente sale sintiendo que se trata de ellos, que es su propia infancia, que están hablando de su madre o de la mujer que los cuidó. Creo que toca fibras muy emocionales y muy personales que de alguna manera todos hemos vivido, todos hemos sido niños y en algún momento perdimos el paraíso de la infancia; y creo que esta es una película que habla de eso”, afirma.
Roma es también una visión femenina. Los hombres tienen acción dentro de la historia, pero sus participaciones son un eje que rompe la estabilidad de las figuras principales de la cinta. Es por eso que una de las tantas lecturas de la cinta puede enfocarse en la vulnerabilidad femenina, pero también en su fuerza y la capacidad que tienen para superarse y mantener la estabilidad de un hogar.
Con información DE EL SOL DE MÉXICO