CHINA, AGOSTO 16, 2018.- La gran batalla del sector de los teléfonos inteligentes se libra en India. El país de Gandhi, con 1.200 millones de habitantes, es uno de los mercados que más crece. No en vano, muchos usuarios pasan directamente de vivir sin ningún tipo de teléfono a navegar por Internet a través de las redes 4G. Eso ha supuesto una bendición para marcas indias como Intex o Micromax, que se han especializado en móviles muy básicos que arrasan en las zonas rurales, pero también para empresas chinas que comercializan terminales con una gran relación calidad-precio.
Sin duda, Xiaomi es una de las que mejor han aprovechado la oportunidad que brinda India. De hecho, fue la primera marca china que abrió una fábrica en el país, aprovechando las subvenciones que ofrece el programa ‘Make in India’, y su apuesta le ha dado buen resultado: ha logrado a ser la marca más vendida en el país durante un año, hasta que Samsung ha recuperado el trono el segundo trimestre de este año (la surcoreana disfruta del 29% de cuota de mercado frente al 28% de su competidora china). Pero, si bien su gama media -la serie Redmi- ha tenido una acogida excelente, los terminales ‘premium’ se le han atragantado.
Para remediarlo, el próximo día 22 Xiaomi lanzará en India el primer terminal de una segunda marca: Poco. Sin duda, es un nombre extraño para una compañía que promete dar mucho. “Queremos hacer un móvil potente con las tecnologías que de verdad importan”, avanzó en Facebook y Twitter el responsable de los productos de Poco, Jai Mani. “Parece que la velocidad a la que la se mueve la innovación en el sector se ha reducido, pero los precios sí que se disparan y cada vez hay más buques insignia que superan los mil dólares”, añadió.
Aunque Poco tendrá a India en su diana, un representante de Xiaomi ha confirmado a EL PAÍS que la idea es que se extienda por otros mercados y que termine llegando también a Europa occidental, aunque todavía no se ha determinado la hoja de ruta. De momento, sí que está confirmado que el primer móvil de la nueva marca será el F1 -conocido también como Pocophone-, y, aunque la empresa no da detalles, varias filtraciones revelan que será un teléfono de gama alta que incorporará el chip Snapdragon 845 -puede ser el ‘smartphone’ más barato equipado con el procesador más potente de Qualcomm-, que lo acompañará de 6 GB de memoria RAM, y que adoptará una doble cámara de 12 y 5 megapíxeles, un sensor de 20 megapíxeles para la cámara de los selfis, y una generosa batería de 4.000 mAh.
Precio
Eso sí, según los vídeos que se han filtrado en el portal especializado GSM Arena, Xiaomi logrará mantener el precio en torno a los 450 euros gracias a una reducción en la calidad que se reflejará en sus acabados en plástico. No obstante, el frontal será muy similar al del Mi 8, su último buque insignia que en España se vende desde 499 euros, y de él adoptará el complejo sistema de reconocimiento facial por infrarrojos. El F1 también contará con la polémica muesca en el extremo superior de la pantalla -el ‘notch’ popularizado por el iPhone X-, y un marco inferior similar al del Mi 8
Aunque pueda parecer extraño, no es inusual que las marcas chinas lancen terminales destinados a mercados específicos. No en vano, la propia Xiaomi lo hizo por primera vez con el lanzamiento del Mi4i, una versión internacional del Mi4 que solo se vendía fuera de las fronteras chinas y que también se presentó en India. La competidora OPPO ha hecho algo similar, y ha creado una línea -la serie F- que se comercializa únicamente fuera del gigante asiático, aunque toma prestadas numerosas características de los terminales que se venden en China. “Es una estrategia que permite ajustarse a las necesidades de los usuarios extranjeros, que muchas veces difieren de las que tienen los chinos”, explica a este periódico un representante de OPPO que prefiere mantenerse en el anonimato.
Buen ejemplo de eso último son también los móviles de la serie A de Xiaomi. Su principal característica diferenciadora es que, a diferencia del resto, no funcionan con el sistema operativo que desarrolla la marca -MIUI- sino con el Android One de Google. Eso imposibilita su comercialización en China, donde la mayoría de los servicios del gigante tecnológico estadounidense están vetados y donde sí se venden terminales casi idénticos en ‘hardware’ pero que adoptan MIUI. Así, el Mi A1 de España era el Mi 5X de China, y el Mi A2, que se presentó en Madrid a finales del mes pasado, es el Mi 6X en el mercado chino.
Tampoco es rara la creación de una segunda marca de nivel más económico. Lo ha hecho Huawei con mucho éxito: Honor, que ofrece terminales más modestos a precios más populares, es la marca que le ha permitido sobrepasar en ventas a Apple y situarse cada vez más cerca del trono mundial que ostenta una Samsung que no deja de perder cuota de mercado.
En mayo, OPPO también se subió al carro de las segundas marcas con una estrategia similar a la de Xiaomi. Lanzó Realme en India, pero para atraer al usuario que demanda productos del precio más económico -a partir de 130 euros-. Y la acogida también ha sido espectacular: en solo cuarenta días ha vendido 400.000 unidades de su primer terminal, el Realme 1. Precisamente, ese aparato solo se puede adquirir ‘online’, una característica de otra de las marcas que pertenecen, como OPPO, al conglomerado BBK: OnePlus. Esta última también ha logrado mayor éxito fuera de China que dentro. La clave, dicen, está en lograr diferenciar las marcas lo suficiente para que no confundan en exceso al usuario y tengan personalidad propia.
Coninformación de EL PAIS