TIJUANA, ABRIL 1, 2021.- Ha transcurrido un año desde que se confirmó el primer caso de COVID-19 en el Hospital General de Tijuana (HGT), el cual fue detectado a inicios de abril de 2020, en una mujer de 27 años de edad, que requirió únicamente manejo ambulatorio.

 

A pesar de lo benevolente que fue el primer caso (en cuanto a la ausencia de complicaciones de salud), los días y meses consecutivos se vivieron con temor, incertidumbre, desgaste físico y tristeza, tanto por el personal de la unidad, como por los pacientes y familiares que transitaron vivencialmente por las consecuencias de esta enfermedad infecto-contagiosa.

La estructura hospitalaria -de ocho pisos, una planta baja y sótano- fue adaptada para dar inicio a lo que sería el “Hospital COVID” de la ciudad de Tijuana, por parte de la Secretaría de Salud.

Los servicios médicos, paramédicos y administrativos del HGT, fueron reestructurados para dar atención únicamente a personas con sospecha o confirmación de COVID-19, así como a la asistencia necesaria para sus familiares directos, que debían esperar en las inmediaciones para recibir información en los horarios establecidos, bajo las medidas de protección.

En este proceso de información, los familiares también tenían oportunidad de realizar video-llamadas de tiempo ilimitado con su ser querido, dándoles una sensación de esperanza, acercamiento o incluso, la oportunidad de compartir un mensaje de amor para lo que serían las últimas palabras antes de la muerte.

Las rejas de las inmediaciones se transformaron en escenarios de espera, de despedidas y de llanto, mientras que al interior se vivía un “campo de batalla” contra un “enemigo invisible” que se manifestaba principalmente en la dificultad respiratoria de las niñas, niños, adolescentes y adultos hospitalizados, que finalmente, y a pesar de los esfuerzos -hasta el 31 de diciembre de 2020- cobró la vida de 1,456 de ellos.

El uso del equipo de protección personal se hizo una práctica diaria por parte del personal de salud de todas las áreas y servicios, el cual consistía inicialmente en un traje completo, mascarilla, guantes, careta y/o lentes, además de los hábitos de higiene antes, durante y después de llegar a su lugar de trabajo.

Pese a todo a lo anterior, a los riesgos latentes de contagio o el desarrollo de la enfermedad para algunos, más de 1,000 trabajadores del Hospital General de Tijuana han mantenido la batalla contra el COVID-19, logrando salvar la vida de 1,560 personas (dato registrado de egresos hospitalarios hasta el 31 de diciembre de 2020).

Sin considerarse héroes y priorizando la vida de la población más necesitada, los trabajadores de salud coinciden en el llamado a la población a no bajar la guardia ante esta enfermedad que -aunque ha disminuido en la localidad en cuanto a número de casos activos y hospitalizados con complicaciones-, prevalece en la entidad, en el país y en el mundo.

Actualmente, el HGT ha transitado a una “nueva normalidad”, dando paso a la atención a la población sin otra derechohabiencia médica por motivo de traumatismos, o bien, para la atención de embarazadas con alguna emergencia obstétrica, esto bajo previa referencia de otras unidades de salud.

El Director de la unidad, Alberto Reyes Escamilla, expresó el siguiente mensaje en relación a lo vivido en el último año: “En el transcurso de un año, todo el personal de salud tuvo un giro inesperado en sus funciones diarias. Tuvimos que aprender sobre un virus, entonces desconocido. Tuvimos que aprender sobre las pruebas diagnósticas, el abordaje de las complicaciones del COVID-19, de las medidas de protección y prevención tanto dentro como fuera del hospital”.