CIUDAD DE MÉXICO, FEBRERO 19, 2018.  Luego del sismo del viernes 16 de febrero registrado a las 17:40 hora local, de magnitud 7.2 con epicentro en Pinotepa Nacional, Oaxaca se han detectado hasta esta madrugada, 1,977 réplicas.

El Servicio Sismológico Nacional ha informado sobre las réplicas, siendo la más grave, inicialmente la de magnitud 5.8 registrada en Santiago Jamiltepec. Posteriormente, la región vivió la réplica más fuerte, el sismo de magnitud 6 detectado el lunes 19 de febrero de nuevo en Pinotepa Nacional.

¿Qué ha provocado este nuevo terremoto y porqué se han registrado tantas réplicas después? ¿Tiene alguna relación el temblor con los sismos que golpearon a México en septiembre?

Oaxaca

Oaxaca es uno de los estados con mayor sismicidad de la República Mexicana. Según datos del Servicio Sismológico Nacional, esta región registra aproximadamente el 25% del total de terremotos que sufre el país. ¿Cuál es la razón?

El motivo de las ocurrencias de tantos temblores es el contacto entre dos importantes placas tectónicas, cuya interacción tiene lugar en la costa del Pacífico, desde Chiapas hasta Jalisco.

Las placas tectónicas son las porciones en las que se divide la litosfera terrestre y que se desplazan como bloques rígidos sobre el manto superior del planeta.

Su movimiento se asemeja al que haría una ‘galleta’ (placa) sobre un ‘paté’ (manto). Estos bloques rígidos, que pueden acercarse, alejarse o moverse en paralelo, explican la gran sismicidad en México.

Numerosas porciones de la litosfera terrestre interactúan en territorio mexicano, aunque en el caso del reciente sismo, destaca el desplazamiento de dos de estos bloques.

El terremoto del 16 de febrero ha sido provocado por el acercamiento entre la placa de Cocos y la placa de Norteamérica, dos porciones que se desplazan siguiendo un movimiento convergente.

Según la información facilitada por el SSN, el mecanismo focal muestra una falla de tipo inverso en la cual un bloque subre por encima de otro. Este tipo de falla se relaciona precisamente con los contactos convergentes entre dos placas tectónicas.

En efecto, en esta región, la placa de Cocos se introduce por debajo de la placa de Norteamérica a un ritmo de 60 milímetros al año, según explica el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Cuando sucede un terremoto de tan elevada magnitud, es normal que se produzcan numerosas réplicas en las horas siguientes. Tal y como explica el Servicio Sismológico Nacional, tras un sismo de este tipo, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura deben reacomodarse de nuevo. Esto puede generar una serie de temblores posteriores a los que se denomina como réplicas.

El número total de réplicas puede variar desde decenas hasta centenares durante los siguientes días o semanas. Por desgracia, aún no se ha podido desarrollar un sistema para anticipalr cuándo sucederá el próximo terremoto, aunque México ha sido pionero con su sistema de alerta sísmica, también conocido como Sasmex.

No hay relación

El sismo registrado hace unas horas en Pinotepa Nacional no guarda relación con los temblores que afectaron al país en septiembre. El terremoto del 19 de septiembre, con epicentro en Morelos, fue un sismo intraplaca, es decir, sucedió dentro de la placa de Cocos.

En esta ocasión sin embargo, se ha debido al desplazamiento convergente de esta primera porción de la litosfera terrestre por debajo de la placa de Norteamérica, también llamado movimiento de subducción.

Cuando sucede un gran sismo, es frecuente que aumenten los terremotos y las réplicas posteriores, aunque en este caso, el origen de ambos temblores sea diferente.

 

FUENTE: HIPERTEXTUAL