TIJUANA, AGOSTO 27, 2019.- La transición en el DIF estatal avanza en buen ambiente y la propuesta presidenta, Lic. Blanca Estela Fabela, espera recibir pronto toda la información necesaria para evaluar cuáles son los programas oficiales que podrán continuar, para dar paso a nuevos proyectos dedicados a niños y adultos mayores en la esmerada atención que merecen.
Al mencionar lo anterior, precisó que su desempeño al frente de dicha institución, será acorde a las indicaciones expresas del gobernador electo, Jaime Bonilla Valdez, quien ha puesto particular énfasis en la distribución de desayunos escolares por ser uno de sus compromisos de campaña y la respuesta a las demandas de padres de familia en poblaciones marginadas, como las del llamado “sur profundo” de Ensenada.
Respecto a este programa denominado “Desayuno Caliente en tu escuela”, dijo que ya alistan la logística y la estructura para la entrega de desayunos calientes al alumnado de más de 150 escuelas primarias oficiales, principalmente las ubicadas en poblaciones marginadas de los cinco municipios, donde esperan contar con la participación de las propias comunidades para preparar y servir las comidas.
En cuanto a las iniciativas de ley que estará promoviendo ante el Congreso local, están relacionadas a la esmerada atención que requieren los niños y los ancianos o adultos mayores, para lo cual también revisarán el marco jurídico para casos de adopciones, que requieren supervisión prolongada para garantizar el bienestar de los pequeños que son adoptados, sobre todo cuando los solicitantes son extranjeros.
A los adultos mayores, comúnmente llamados “viejitos” o “ancianos”, la Lic. Blanca Estela Fabela precisa que los asilos o “albergues” no están bajo el cuidado o la responsabilidad del DIF estatal, pero sí considera imperativo revisar las leyes y los reglamentos que los rigen, para prevenir y evitar situaciones lamentables como las registradas en el “El Refugio” en Tijuana, donde las autoridades detectaron la muerte de tres adultos mayores y requirió la intervención del IMSS y otras dependencias federales.
Es frecuente enterarse, dijo, que los propios familiares van y dejan a sus ancianos en albergues o asilos, sin percatarse si son o no lugares apropiados, salubres, con los servicios indispensables que demandan los adultos mayores, muchos de los que deben ser atendidos por sus propios descendientes como lo establecen las propias leyes vigentes, pero que optan por “deshacerse” de ellos porque los consideran una carga y, a pesar de eso, “ellos no se atreven a denunciar a sus hijos”.
Aun así, considera que hay adultos mayores que desearían tener en qué ocuparse o incluso trabajar, por lo que también se verá esa posibilidad como una alternativa para implementar una política de inclusión, pero con respeto a su dignidad y sus derechos, en coordinación y mediante convenios con empresas que estén dispuestas a integrarlos a su fuerza de trabajo, según sus capacidades, experiencia, conocimiento y habilidades.