NUEVA YORK, ENERO 29, 2018. La noche del domingo se llevó a cabo la 60 edición de los premios Grammy 2018, convirtiéndose en un gran homenaje a la música bailable, divertida y luminosa. Esto a través de Bruno Mars, un hawaiano de 32 años que con el disco 24K Magic, logró todos los máximos premios de una noche en la que todas las miradas estaban puestas en el duelo de raperos entre Jay-Z y Kendrick Lamar, que aunque Lamar ganó cinco grammys, el máximo reconocimiento de la industria volvió a dejar de lado a este género.
That’s what I like, de Bruno Mars, es la canción del año (premio al compositor), y 24K Magic es la grabación del año. La canción del año sigue siendo una canción de radiofórmula. Bruno Mars fue, en general, el ganador de la noche. Tres premios en las categorías de R&B para un artista especializado en hacer la versión más bailable del género, con enormes resultados. Seis grammys en total. Además, volvió a brillar con otra fantástica actuación.
Al recibir el premio final, Mars recordó la primera vez que actuó. Tenía 15 años y su trabajo era entretener cantando, a los turistas. Dijo haberse emocionado de que la gente bailiara y se la pasara bien. Y eso es lo que hace en su música desde entonces. “Dar alegría” y “ver a la gente bailar y moverse”. Con esta actitud, este domingo puso a la industria de la música a sus pies.
Kendrick Lamar fue el otro gran triunfador de la noche. La canción Humble se llevó la mejor interpretación de rap, la mejor canción y el mejor vídeo. Lamar era le hombre de la noche cuando subió al escenario a hacer el número inicial de la gala junto a Bono, The Edge y Dave Chapelle. El número incendiario de Lamar fue la mejor interpretación de la noche.
Lamar ganó además el premio al mejor álbum de rap, DAMN. En el escenario, Lamar reconoció a todos los grandes del género, incluido Jay-Z, que miraba con cierto asombro. Abandonó el escenario proclamando: “¡Jay para presidente!“. En cuestión de minutos la frase ya era una tendencia en redes. Jay-Z se había metido en una polémica, temprano ese mismo día, con el presidente Trump, quien lo atacó en Twitter.
Pero Jay-Z fue el gran perdedor de la noche. El más nominado, con ocho, no se llevó ninguno. El duelo entre raperos lo ganó Kendrick Lamar, con cinco premios de sus siete nominaciones. A los 30 años, Lamar, salido de las calles de Compton, Los Ángeles, es ya el rapero con más impacto popular en esta era.
En la categoría de pop, a pesar de las nominaciones de Kesha y Coldplay, poco había que ofrecer frente al disco Divide, de Ed Sheeran. El inglés perlirrojo es un favorito en los Grammy, que ya ganó el máximo premio con la canción Thinking out Loud hace dos años. Con Divide, Sheeran ha vuelto a inundar los radios y a llenar estadios sólo con una guitarra.
Una de las categorías más codiciadas de los Grammy, la de mejor nuevo artista, fue para Alessia Cara. La canadiense de 21 años que el mundo conoció como la voz de Moana en How far I’ll go ha triunfado este año también con 1-800-273-8255. Alessia Cara es la cara joven de la música popular este año.
La noche no estuvo volcada, como ha ocurrido en las galas de cine, en el movimiento contra el acoso a las mujeres. Apenas ha llegado a la industria de la música. Sí hubo un número especial, presentado por la actriz Janelle Monae. Kesha salió al escenario a cantar Praying con Camila Cabello y Cindy Lauper, contra el acoso sexual. Después, Cabello tuvo un recuerdo para los Dreamers, jóvenes inmigrantes amenazados por la deportación.
La 60 edición de los Grammy celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York, ya había hecho historia sólo con las nominaciones. No había ningún artista blanco entre los nominados al mayor premio, el de grabación del año. Entre los nominados al mejor disco, sólo Lorde es blanca.
Nunca había habido tres nominados negros al mejor disco. Un trabajo íntegro en español, la canción Despacito, estaba nominada a canción del año y grabación del año. Las comparaciones eran evidentes con los últimos años, en los que se han llevado los máximos premios Adele, Taylor Swift, Ed Sheeran, Beck o Sam Smith. Los Grammy de 2018 serían negros y latinos.
También serían los premios más jóvenes. Normalmente, los Grammy acaban premiando a veteranos en muchas de las categorías. Suele haber premios para Dylan o para reediciones de los Beatles. Lo único parecido este domingo fue el premio póstumo para Leonard Cohen como mejor interpretación rock, por el estremecedor relato de su propia despedida del mundo en You want it darker. Nadie más. El veterano de la gala fue Jay-Z, que tiene 48 años.
FUENTE: EL PAÍS