TIJUANA, AGOSTO 5, 2018.-  La picadura de mantarraya se ha hecho frecuente en las playas de Tijuana y Rosarito ante la presencia inusual de estos animales marinos que han afectado a bañistas en un número récord de 15 picaduras durante la temporada.

Las mantarrayas son peces de cuerpo aplanado y cartilaginoso con uno o más aguijones barbados ubicados en la mitad de la cola. Normalmente viven en aguas marinas costeras tropicales y subtropicales, lo que hace posible que tengan contacto con los humanos

“Tenemos un incremento inusual de picaduras “, dijo Juan Hernández Liñán, Jefe de Rescae Acuático de Bomberos Tijuana.

Este verano, dijo el experto en buceo de rescate, se incrmnetó el servicio a través de 15 elementos jóvenes contratados para atender la demanda que se origina en la costa a raíz de la temporada de verano que atráe a turistas debido a las altas temperaturas en sus regiones.

Además de los recates y prevenciones Hernández Liñán comentó que los agredidos por mantarrayas son bañistas que entraron al mar para caminar y terminaron pisando a estos animales que reaccionan defendiéndose así mediante su espolón al sentirse amenazados.

La temperatura del mar ha subido hacia los 22 grados centígrados promedio lo que atrae a estos animales marinos que suelen descansar en la arena por lo que no son vistos con facilidad ocasionando que se de el percance. El Océano Pacífico en Tijuana o Rosarito mantiene una temperatura fría la mayor parte del año pero este verano con temperaturas cálidas ha atraído a estos peces gigantes cuyo ciclo de reproducción y vida marina es muy interesante, por cierto.

Si vas a ingresar al mar o estás planeando hacerlo durante esta temporada te recomendamos que al comenzar a caminar  en la arena “arrastres los piés” con lo que una mantarraya -que no puedes ver- se alejará y jamás buscará picarte. Los peces pican con sus aguijones porque los pisas! Jamás porque los ahuyentes.

Recuerda que una manta no despierta con el deseo de picarte, ese día de playa que decides acudir. 

 

 

 

La Mantarraya

La reproducción de estos peces mantiene algunas semejanzas con la de los tiburones, ya que éstos son sus parientes próximos. Las mantarrayas son peces grandes y al igual que otras especies, se desarrollan dentro de huevos, sin embargo, la madre no los libera, sino que da a luz crías vivas. ¿Cómo puede suceder esto?

Sabemos que los animales que experimentan partos mediante los cuales las crías nacen desarrolladas son llamados mamíferos, y aquellos que ponen huevos son ovíparos. Pero existe otra denominación aplicada a toda especie que se desarrolla en un huevo dentro del cuerpo de la madre y que eclosiona ahí mismo, naciendo vivo. En este sentido, las mantarrayas son animales ovovivíparos.

Por otra parte, la fertilización es interna e implica la unión sexual de dos individuos. Esto quiere decir que el macho tiene que introducir uno de sus órganos copuladores llamados pterigopodios en la cloaca de la hembra para transferir su esperma y permitir la fertilización.

La edad en la que se alcanza la madurez sexual no es completamente segura, pero se cree que las hembras son más tardías que los machos. En la especie Manta alfredi, las hembras son maduras a partir de los 8-10 años de edad y los machos a los 6 años de edad, aproximadamente, cuando el ancho de su disco tiene unos 2.5-3 metros de diámetro. Las hembras de Manta birostris alcanzan la madurez también entre los 8-10 años o a una edad posterior, mientras que los miembros del género opuesto maduran cuando su ancho de disco tiene 4-4.5 metros. Pese a estos datos, la edad en la que se alcanza la madurez varía de región a región.

La fecundidad es muy baja en comparación con la de otros peces, ya que por lo regular las hembras tienen 1 o 2 crías como máximo a la vez. Las mantarrayas dan a luz aproximadamente 1 vez cada 2-5 años y pueden tener crías durante unos 30 años. Eso sí, la mitad de los nacimientos ocurren durante los primeros 24 o 25 años.

Cortejo y apareamiento

Las épocas de apareamiento son diversas. Al parecer, en Japón la mantarraya gigante se aparea durante el verano y en las islas Maldivas se observó mayor actividad reproductiva durante octubre, noviembre, marzo y abril.

Por supuesto, el apareamiento tiene lugar en aguas cálidas y con frecuencia alrededor de las estaciones de limpieza. Cuando los machos están en celo, acostumbran recorrer “casualmente” las estaciones en busca de alguna hembra receptiva; es probable que ésta libere en el agua hormonas sexuales para comunicar su disposición al apareamiento.

En el “tren de apareamiento”, la hembra es seguida por 25-30 machos disponibles para la cópula.

El proceso de cortejo puede durar algunos días y quizá hasta semanas. Lo que ocurre durante este tiempo es muy interesante: normalmente varios machos se congregan alrededor de una hembra receptiva y compiten entre sí para copular con ella. Esto genera lo que se conoce como “tren de apareamiento”, caracterizado por unos 25-30 machos que, dispuestos uno detrás de otro, siguen los movimientos femeninos a la vez que ella lidera a todos.

Al final de esta prueba la hembra escoge a un macho y éste muerde la aleta pectoral izquierda de su compañera para mantenerla sujeta. Posteriormente se coloca de modo que los vientres de ambos quedan unidos, e inserta uno de sus pterigopodios en la cloaca femenina. La copulación dura varios segundos y por lo general la hembra se mantiene quieta. Una vez que el apareamiento se realiza el macho se aleja y no vuelve para tomar parte en el cuidado parental.

Incubación

Tras la fecundación la cría o crías se desarrollan en huevos que se encuentran en el útero materno. En el interior del huevo los embriones son alimentados gracias a la yema.

La hembra alberga los huevos durante aproximadamente 1 año (12-13 meses) hasta que se produce la eclosión. Entonces, las crías nacen vivas e independientes desde el primer momento en que salen del cuerpo materno. El parto suele ocurrir durante la noche y en aguas de baja profundidad.