MEXICALI, ABRIL 29, 2020. “El comportamiento social es clave en el freno de la pandemia por COVID-19, por lo que la percepción de riesgo y el papel de los medios de comunicación son factores importantes en la definición de las actitudes y acciones tomadas por la población, las cuales definirán el impacto del padecimiento en la sociedad”, explicó la doctora Judith Ley García, coordinadora de Investigación y Posgrado del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

Desde que se dieron las primeras recomendaciones y medidas sanitarias, la ciudadanía ha tenido diversas conductas, como desde surtir sus despensas y acaparar insumos, hasta quienes consideran que esta situación es un invento y continúan haciendo sus actividades normales sin ninguna precaución.

Este fenómeno es descrito por la investigadora del IIS como complejo. “Tiene que ver con lo que se denomina percepción de riesgo, donde los medios de comunicación y las redes sociales juegan un papel fundamental, sin perder de vista las creencias particulares de grupos sociales. En específico, la percepción generalmente no coincide con la realidad objetiva (o el juicio experto) y presenta dos extremos: amplificación o percepción exagerada y atenuación o percepción disminuida, los cuales suelen presentarse en situaciones emergentes, donde no se tiene conocimiento directo sobre qué sucederá o donde existe un entorno de desconfianza generalizado”.

La doctora Ley García abordó que los escenarios de emergencia pueden despertar en las personas el interés en ayudar al prójimo, sin embargo, en este caso pudiera no ocurrir así, ya que “es común, en los riesgos sanitarios, desconfiar de la sanidad del otro”. También “hay evidencias de que estas situaciones pueden sacar lo mejor o lo peor de las personas, dependiendo si tienen miedo o no, si se sienten amenazadas o no”.

“Estar expuesto a un peligro o amenaza es encontrarse en el área o lugar donde algo puede dañarnos, es decir, en un escenario donde el encuentro entre víctima y victimario es posible. Es claro que si vive cerca de una gasolinera es posible que sea afectada por fuga de sustancias, incendios o explosiones, porque la exposición es objetiva o real, ocurra o no el desastre. En cambio, la percepción es de naturaleza subjetiva y conlleva saberse expuesto o no a un peligro, o bien, saberse o no víctima potencial, así que puede vivir enseguida de una gasolinera y no percibir riesgo alguno (atenuación), o bien, puede estar a 5,000 km de distancia y sentirse insegura (amplificación)”, expuso.

Cada emergencia es particular, y en el caso de Mexicali, algunos de los brotes epidémicos que han resonado son el del virus de la Influenza AH1N1 (2009), la rickettsia (2009) y la amiba de vida libre.

“El temor que ocasionó la rickettsia fue muy particular, los perros se convirtieron en el principal enemigo, una garrapata infectada podría estar en cualquier parte. En cambio, la influenza y la amiba de vida libre, esta última recurrente cada verano, aparentemente no tienen un culpable directo. Me tocó encuestar a algunas personas en 2011 y me llamó la atención cómo algunas respuestas coincidían con el discurso científico, pero la mayoría no lo hacía, tenían diversas versiones sobre la rickettsiosis y sobre cómo protegerse”, explicó.

La investigadora de la UABC añadió: “Lo cierto es que en la vida real estamos expuestos a múltiples amenazas (naturales y antropogénicas), pero no prestamos atención a todas ellas, hay un portafolio de riesgos, es decir, seleccionamos un paquete de amenazas que serán motivo de nuestra preocupación y, en función de ello, tomamos nuestras precauciones”.

Por otra parte, enfatizó que “los medios de comunicación y las redes sociales son muy importantes, pues contribuyen en delinear la percepción social de riesgo, sobre todo ante amenazas desconocidas y con alto potencial catastrófico”.

Agregó: “Los medios de comunicación son fuentes amplificadoras o atenuadoras de la percepción. La pregunta sería ¿a quién le tiene confianza? ¿al periódico? ¿a la televisión? ¿a lo que dice el gobernador? ¿al presiente municipal? O bien, ¿es más creíble el video que circula en las redes sociales? Creo que hay mucha distorsión (ruido) informativa, por ello no me sorprende que cada cual desarrolle su propia explicación y percepción de la realidad, independientemente de que sea lo mejor o lo peor para enfrentar la crisis”.

Finalmente, la doctora Judith Ley García señaló que “la mejor manera de acercar la percepción a la exposición (lo subjetivo a lo objetivo) es mediante la comunicación del riesgo, ahí profesionistas de la comunicación y el periodismo pueden hacer mucho para disminuir el sesgo perceptual y con ello, mitigar el riesgo de desastre”, concluyó la académica de la UABC.