TIJUANA, NOVIEMBRE 26, 2020.- A ocho meses de que iniciaron los primeros casos de COVID-19 en el municipio de Tijuana, el personal de salud se mantiene en la primera línea de batalla contra esta enfermedad, toda vez que el número de casos -sospechosos y confirmados- continúa en ascenso.
Tal es el caso de la enfermera Joanna Verenice Fraga Zazueta, de 40 años de edad, quien labora en el área de Check-List del Hospital General de Tijuana (HGT), teniendo como responsabilidad la asistencia personalizada para la colocación y retiro del equipo de protección personal de quien ingresa a las “áreas COVID”.
Fraga Zazueta relató que, previo al registro de los primeros casos, se desempeñaba en el servicio de Traumatología y Ortopedia, mismo que debió habilitarse para la atención de personas con neumonía atípica, es decir, aquellos que se consideraban posibles casos de COVID-19.
Posteriormente, fue reubicada en uno de los servicios destinados a la atención de dichos pacientes, donde pudo constatar la gravedad de este nuevo padecimiento: “Todos los casos nos llegaban a impactar. Algunos pensaban que estaban bien porque no creían en la enfermedad, mientras que otros estaban asustados, con mucha angustia”, expresó.
De la misma forma en que observaban a los pacientes, la enfermera del nosocomio mencionó que ellos, como personal de salud, vivían un temor constante de ser contagiados o de portar el virus hasta sus hogares: “Es inexplicable la forma en que nuestras emociones se expresaban a través nuestra mirada, era miedo. Afortunadamente ahora sabemos más de la enfermedad, trabajamos con más dinamismo, pero seguimos con la incertidumbre porque los casos siguen aumentando”, mencionó Joanna Verenice.
Aunado al relato de su experiencia como profesionista dentro de un “Hospital COVID”, Fraga Zazueta relató que, en el mes de julio, ella también requirió de resguardo tras resultar positiva a la prueba de COVID-19, la cual se realizó al presentar los síntomas iniciales como dolor de cabeza, fiebre, malestar general, agotamiento y, consecutivamente, pérdida del gusto y olfato.
“Trabajé el Hospital General cuando iniciaron los casos de influenza A H1N1, y también me enfermé, pero no esperaba que esta enfermedad fuera más agresiva y más inestable en sus efectos en el organismo”, relató Joanna.
Tras concluir el aislamiento y resultar negativo en la prueba para detectar COVID-19, la enfermera del HGT regresó a sus funciones en la unidad hospitalaria, en el área de Check-List, asegurando que esta pandemia ha dejado aprendizaje y unión entre el personal de salud, de todas las áreas y servicios.
“Es gratificante cuando un paciente egresa del hospital por mejoría, pero es importante que la población tome consciencia de que es una enfermedad real y que sus repercusiones pueden cobrar vidas. Invitamos a la gente a que siga las medidas de prevención, sobre todo en la víspera de las festividades. Piensen un poquito en nosotros que estamos trabajando. Quiero regresar a mi casa sana y salva”, concluyó la enfermera.
Joanna Verenice Fraga Zazueta, originaria de Mexicali, Baja California, es madre de una menor de 16 años de edad, y labora en el área de enfermería del Hospital General de Tijuana desde el año 2006.
Cabe mencionar que estos testimonios se comparten como una prioridad para el Gobernador del Estado, Jaime Bonilla Valdez, y para el Secretario de Salud en la entidad, Alonso Óscar Pérez Rico.