CIUDAD DE MÉXICO, JULIO 14, 2018. La industria textil en México corre el riesgo de quedarse fuera del mercado ante países asiáticos como Malasia o Vietnam, quienes también son parte del Traslado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), porque son pocas las empresas que cuentan con certificaciones de calidad, sostuvo Lilian Peregrina, directora de costumer retail, en SGS México.
Aunque aún no entra en vigor el pacto que fue firmado por 11 países, luego de que Estados Unidos decidiera abandonar el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), el sector textil no sólo enfrenta una posible competencia desleal, sino también tiene el desafío de perder mercado ante la falta de certificaciones en las prendas de exportación.
La directiva comentó que la industria debe estar a la altura de sus competidores en precio y calidad, pero en este punto último hizo hincapié, pues sólo las compañías mexicanas que exportan cuentan con un sistema más maduro para certificar la calidad del hilo, de las telas y de las prendas, contrario a los productores de países asiáticos.
El panorama no es alentador, pues en los últimos dos años, el sector textil ha registrado tasas negativas en su valor de producción, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Textil (Canaintex).
En abril pasado las exportaciones crecieron 8 por ciento en términos reales frente al mismo periodo de 2017.
De enero a mayo de este año, el valor de las exportaciones textiles a Estados Unidos fue de 322.4 millones de dólares, mientras que a Asia y Europa sólo representó 15.2 millones de dólares. En productos confeccionados exportados al país vecino, el valor asciende a 2 mil 4 millones de dólares, mientras que a Asia y Europa 32.9 millones de dólares.
Sin embargo, México ha importado en los primeros meses de 2018 más productos textiles de países asiáticos como es el caso de China, cuyo el valor asciende a 431.9 millones de dólares y 5.6 millones de dólares de Vietnam. En productos confeccionados, se han importado 536.2 millones de dólares provenientes de China, 96.2 millones de dólares de Vietnam, y solo 21.6 de Estados Unidos.
En mayo pasado, la industria reportó su tercera caída en lo que va de 2018 al reportar un descenso interanual de 3.5 por ciento, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Peregrina detalló que las empresas que no se han incorporado a la globalización y solo comercializan en el mercado interno, carecen de laboratorios o son muy básico, por lo que pueden quedarse fuera con el paso del tiempo.
SGS México consideró que ante la feroz competencia, es urgente que los industriales refuercen la calidad de sus productos finales.
En ese sentido, SGS sugiere que busquen a terceros, como es su caso, para asegurarse de que las cualidades de la ropa cumplen con los estándares de calidad a través de pruebas de laboratorio para comprobar la estabilidad dimensional, es decir cómo reacciona el material después de lavarlo, por mencionar solo una o bien comprobar que no haya sustancias tóxicas o cancerígenas, si es que se pretende exportar a mercados como Europa, donde la exigencia de calidad es aún más alta.
Las pruebas no solo deben realizarse sobre muestras de tela antes de terminar el producto, sino también ya una vez concluido, pues en esa ultima fase aún se pueden detectar fallas que se pueden corregir en el proceso de manufactura y evitar que un lote quede inservible.
Con información de La Jornada